jueves, 16 de febrero de 2012

Ella sólo pedía bailar con quien la quisiera un poco


Whitney Elizabeth Houston
(New Jersey, 1963 - California, 2012)

SHE WILL ALWAYS BE TRUE

Aquí estoy. En la habitación de un hotel
de lujo en Beverly Hills. Los bordes de la moqueta
junto a la pared no pueden ocultar la mugre
que se incrusta en las fisuras. ¿Qué personajes
célebres habrán pasado por este mismo cuarto?
¿Qué parejas clandestinas en la cumbre del éxito
habrán disfrutado del amor sobre este lecho?


Whitney irrumpió en el panorama musical con la fuerza arrolladora de las prodigiosas cuerdas vocales que poseía en su juventud


Una vez también mi ex Bobby Brown y yo conocimos
ese sabor. Lo teníamos todo. Era nuestro
el mundo. Y de aquella borrachera de fama,
ambición, dinero y derroche nació nuestra hija
que hoy vive su vida. Apenas me necesita,
se ha hecho mayor. Mañana debo acudir
a una entrega de premios Grammy como artista
invitada. Todos esperan a quien represento,
porque la que va quedando de mí perdió la voz.


A lo largo de su carrera vendió 170 millones de discos


Me pregunto cómo pude subir a un escenario,
cómo tuve una vez la fe y el optimismo
de creer en mí misma. Percibo una fluidez
plácida recorriéndome el torrente sanguíneo.
Los problemas se ven con lentitud pausada cuando
te tomas varios calmantes. Ahora que enfilo
la última etapa de la vida siento terror.
Me abuchearon en mis últimas actuaciones,
no recordaba siquiera la letra de los temas,
me fui convirtiendo poco a poco en un fraude.
Bebo para olvidarlo. Me inyecto heroína
para que no me importe. Esnifo polvo blanco
para armarme de valor. Fumando marihuana
logro evadirme. Nunca estuve inspirada:
jamás compuse ninguna canción. Fui el icono
de una década que se marchó. Mi papel era
poner la voz. No puedo disimular el declive.


Whitney ha sido la artista más galardonada de la Historia


Es realmente duro afrontar la vejez cuando todo
cambia y va tan veloz. Ya no se venden mis discos.
Produzco películas para mantener el ritmo
de gastos en que estoy atrapada. Es una incógnita
si me responderá el público en la taquilla.
Las descargas ilegales en la red han supuesto
un desastre ruinoso en mi estatus de diva.
La piratería informática ha fulminado
mis ingresos. Encima, la merma de facultades
convierten en irreal el caché que cobro. Estoy
tan sola y me porto de modo tan irresponsable
que no tengo a mano, lo olvidé, ni un retrato
con seres queridos para mirarlo y consolarme.


Here she is starting to say farewell to the glamour


El agua tibia de la bañera que está llegando
al cuello me acoge con hospitalidad simbiótica.
Ingiero dos pastillas más y absorbo un poco
del líquido que me envuelve. Siento un karma vacuo
y mi cuerpo resbalar, lentamente, deslizándose.
Cierro los ojos y veo focos que me deslumbran,
mientras canto fuerte al gran momento en el tiempo
cuando fui reina del pop en el clímax de la gloria
y me parece que por fin voy a salir de nuevo,
bajo un telón que sube, al aplauso y a la luz.


Whitney Houston: the light that drugs have turned off

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