LA
FUENTE DE LOS TRES CAMINOS
La fastuosa entrada al reino de
los cielos
podría estar decorada con la Fontana
de Trevi. Bajo sus aguas debe de
haber
un oculto túnel secreto hasta la
puerta
custodiada por el mártir cristiano
San Pedro.
Una anciana tísica vestida con vaqueros
duerme ausente en lo alto de las
escaleras.
Tiene un paquete de tabaco, un
mechero
y dos latas de amarga cerveza a su
lado.
Por aquí merodeaba hace muchos
años,
casi siempre de la mano de un gran
amor
que el tiempo atroz hizo
desaparecer
como sus tempranas lozanía y
esbeltez
también se fueron no sé adónde.
Aquí cantó
joven que por favor no pisáramos
las flores
y diéramos una oportunidad a la
paz
y al amor. Aquí creyó que iban a
durar
su belleza y juventud, pues se
prorrogarían
de un modo indefinido, difuso y
amplio.
De vez en cuando despierta y bebe
de la única
lata que aún no está vacía. Enciende
un cigarro y exhala el humo con la
tos
de un desahuciado al que le duelen
los recuerdos
que siente reproducir al volver a
inhalar
una pequeña porción de la neblina
tóxica
que la envuelve en una borrosa melancolía.
No volví jamás a verla, quizá ya
no exista.
Tal vez estuviera preparándose
para irse.
Fuente barroca de Trevi
(1762)
Buen espacio, buenas fotos, preciosa semblanza. Enhorabuena.
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