lunes, 27 de febrero de 2012

Porque las cosas no son como nos las manipulan




Y JULIO CÉSAR NO NACIÓ POR CESÁREA

Ni Napoleón era enano (tanto un informe médico de 1802 como su autopsia certificaron que medía 5 pies y 2 pulgadas francesas, una estatura de 1'68 cm que estaba por encima de lo normal en su época), ni los guerreros vikingos llevaban cascos con cuernos, aunque el pintor Gustav Malmströn, en 1820, se empeñara en representarlos de esa guisa. Van Gogh no se mutiló la oreja tras una violenta discusión con Paul Gauguin, sino un pequeño trozo del lóbulo derecho, lo que le permitió morirse con los apéndices bien puestos, cada uno en su sitio.



 
Vikingo escandinavo



Hernán Cortés jamás quemó sus naves, sino que hundió los buques (las llamas parece que fueron un invento del historiador Juan Suárez Peralta para incrementar la épica del episodio). No hay prueba alguna de que Calígula nombrara cónsul a su caballo, como dejó claro el historiador Suetonio, quien demostró que "Incitatus" jamás llegó a jurar el cargo. Y Julio César no nació por cesárea, pues en aquella época ninguna mujer sobrevivía a esa intervención, dándose la circunstancia de que su señora madre, Aurelia Cota, vivió aún 46 años después de darle a luz.



 
Viñeta de Andrés Rábago García
(Madrid, 1947)



La Historia está plagada de mitos, leyendas urbanas que el imaginario popular transmite de generación en generación para dar carta de naturaleza al bulo. Algunas más recientes sitúan al PSOE como el inventor de la democracia en España y convierten a la izquierda en garante de los derechos sociales en detrimento del centro-derecha, cuya representación simbólica es la de un demonio de aviesa mirada y largo rabo. Observando la imagen de Rubalcaba y sus asesoras áulicas, Soraya Rodríguez y Elena Valenciano, cualquiera diría -sin dudarlo- que se traen algo entre manos.






Permanezcan atentos porque -aunque Napoleón no fuera enano, Van Gogh mantuviera hasta el final sus dos orejas, Hernán Cortés no incendiara sus naves, Calígula no nombrara cónsul a "Incitatus" y Julio César naciera de parto natural- mucho me temo que el socialismo tratará de imponernos su realidad virtual: una España con un gobierno de vikingos tocado con un casco con cuernos para empitonar la libertad que encarnan los estudiantes del instituto Luis Vives de Valencia, mártires de un país donde las escuelas son congeladores "no frost" y Aurelia Cota, madre de Julio César, se habría muerto seguro en una cama de hospital al no poder practicársele la cesárea por falta de medios.

(Artículo de opinión escrito por Jaime González y publicado
en el periódico "ABC" el sábado 25 de febrero de 2012)



Jaime González
(Madrid, 1961)

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