ELOGI DELS DINERS
Diners de tort fan veritat,
e de jutge fan advocat;
savi fan tornar l'hom orat,
pus que d'ells haja.
Diners fan bé, diners fan mal,
diners fan l'home infernal
e fan-lo sant celestial,
segons que els usa.
Diners fan bregues e remors,
e vituperis e honors,
e fan cantar preïcadors:
"Beati quorum".
Diners alegren los infants
e fan cantar los capellans
e los frares carmelitans
a les grans festes.
Diners, magres fan tornar gords,
e tornen lledesmes los bords.
Si diràs "jas" a hòmens sords,
tantost se giren.
Diners tornen los malalts sans;
moros, jueus e crestians,
lleixant a Déu e tots los sants,
diners adoren.
Diners fan vui al món lo joc,
e fan honor a molt badoc;
a qui diu "no" fan-li dir "hoc".
Vejats miracle!
Diners, doncs, vulles aplegar.
Si els pots haver no els lleixs anar;
si molts n'hauràs poràs tornar
papa de Roma.
(Poema escrito por Anselmo Turmeda)
Anselmo Turmeda
(Palma de Mallorca, 1352 - Túnez, 1430)
ELOGIO DEL DINERO
El dinero lo falso permuta en verdad,
al juez lo transforma en tu abogado
y sabios hace volver a los habladores
(tantos como existan, da igual).
El dinero puede beneficiar o ser dañino,
volver a un hombre santo o infernal,
según el fin que se le dé
y quien haga uso de él.
El dinero origina peleas, rumores,
maledicencias, honores,
y hace cantar a los predicadores:
"¡Felices aquellos que lo posean!"
El dinero alegra a los niños
y consigue que se pongan a cantar
los curas y los frailes carmelitas
en las grandes celebraciones.
El dinero a los flacos pone gordos
y allana todos los obstáculos.
Si dices: "¡un billete en el suelo!"
enseguida se giran
hasta los hombres sordos.
hasta los hombres sordos.
El dinero sana a los enfermos.
Moros, judíos y cristianos
reniegan de Dios y todos los santos
cuando al dinero adoran.
El dinero despierta el deseo
en todo el mundo por el vicio del juego
y recrea la vista de los mirones.
A quien decía "no", le hará decir "sí":
milagro comprobado.
El dinero pues, lo querrás reunir,
y si lo puedes tener, no lo dejes ir,
porque si mucho consiguieras
incluso te podrías convertir
en el Papa de Roma.
(Traducción de Andrés González Déniz)
El oro reina porque la codicia impera sobre nosotros
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