L'home que només estimava dones, dinars i diners

Joan March i Ordinas

(Santa Margalida, 1880 - Madrid, 1962)

"El contrabando era una actividad que se practicaba desde tiempos remotos en Mallorca. Desde antiguo, se producía alguna que otra vendetta por diferentes causas: rivalidad entre los hombres que dirigían compañías rivales, o debido a robos a la compañía contrabandista para la cual trabajaban, pero especialmente por hablar de más"

"Los secreters eran los especialistas que construían los secrets (agujeros en zona boscosa para esconder las mercancías de contrabando) y se ocupaban de vigilarlos. Los leñadores, pastores y cazadores se dedicaban a misiones de vigilancia"

"Las elecciones, controladas por los gobernadores civiles en las ciudades, y por los caciques en los pueblos, eran una ficción democrática"

"March era un hombre que percibía la sexualidad como una repentina irrupción de un deseo irrefrenable"

Joan March, conocido como "el banquero de Franco", llegó a ser tan rico que afirmó no necesitar bancos, pues eran los bancos los que lo necesitaban a él

"Desde muy joven aprendió cómo se financiaba el contrabando, de dónde procedía la mercancía, cómo se transportaba y desembarcaba, los códigos de honor. También se instruyó sobre cómo se las ingeniaban para sobornar a los carabineros y cómo hacían para neutralizar el peligro de los chivatos"

"Para que el engranaje de una empresa contrabandista funcionara, necesitaba establecer una connivencia sólida con los políticos y con las fuerzas encargadas de la represión del tráfico ilegal"

"Juan March fue consciente, desde el momento en que se hizo contrabandista, de que la corrupción era un elemento imprescindible para que el negocio perdurara y reportara importantes beneficios"

"En Marruecos la venta de tabaco le proporcionaba mayores beneficios a March, dado el aumento del número de tropas destacadas en la zona. También estaba metido en el tráfico de armas. Se había convertido en uno de los grandes proveedores de los guerreros del caudillo Abd el-Krim"

Muhammad Ibn Abd al-Karim

(Ajdir, 1880 - El Cairo, 1963)

El líder rifeño que venció en Annual y fue derrotado en Alhucemas

"Servir a todas las partes enfrentadas en conflictos bélicos será una constante en su carrera comercial"

"Cuando se declaró la Primera Guerra Mundial, Juan March era el jefe de una gran organización contrabandista que poseía una flota de barcos. Es lógico que tanto los aliados como los imperios centrales buscaran la colaboración de una persona con bastante solvencia como para cumplir con garantías las misiones de logística e información"

"March financió parte del movimiento anarquista para crear confusión en la prensa escrita y debilitar las opciones socialistas y comunistas, de tal modo que cuando necesitó encontrar algunos pistoleros para intimidar a sus enemigos o para protegerse, siempre halló algún miembro de la FAI (Federación Anarquista Ibérica) dispuesto a realizar ese cometido"

"Ningún bando confiaba del todo en él. Siempre sospechaban que hacía doble juego: que trabajaba a la vez para unos y para otros. Pero a pesar de esta falta de lealtad, todos lo necesitaban. March sólo estaba comprometido con una causa: la suya"

Portada del libro biográfico sobre Juan March en edición de bolsillo

"Casi siempre llevaba un cigarro habano en la mano y, de vez en cuando aspiraba el humo con delectación. Cuando se percataba de que algún trabajador del muelle lo seguía discretamente para recoger la colilla y disfrutar de las últimas caladas, simulaba no haberlo visto y tiraba la colilla al mar"

"Indalecio Prieto profesaba un odio africano a March y lo acusaba de corruptor, contrabandista y banquero de los generales sediciosos que, en julio de 1936, se levantaron contra el Gobierno legalmente constituido"

"March solía decir que los incapaces de administrar de manera eficaz sus negocios elegían la política"

La fortuna de March se cimentó sobre el tráfico ilegal de tabaco entre el norte de África y España, es decir, a espaldas del monopolio impuesto por el gobierno español

"Cuando dialogaba con sus colaboradores más cercanos solía decir: cada día nace un tonto, se trata de encontrarlo. Está claro que si se topaba con él era para desplumarlo"

"Lerroux, a sueldo de March, desembarcó en Barcelona como profesional de la política. Era un demagogo, manipulador de masas analfabetas, vendido a la patronal y furibundo agitador españolista, pagado por el fondo de reptiles del Ministerio de Gobernación para contrarrestar el pujante catalanismo"

"Según March, era en Madrid donde estaba el poder. Por ese motivo vivía allí. Una vez dijo: Si en la capital pones un sobre lleno de dinero sobre la mesa, lo cogen y lo meten en el cajón, mientras que en Barcelona apenas hay poder y los catalanes están detrás de historias de escaso provecho"

(Fragmentos tomados de Ferrer, Pere: Juan March, el hombre más misterioso del mundo, Barcelona, Ediciones B, 2010, pp. 489)

Pere Ferrer Guasp

(Alaró, Mallorca, 1949)