Escrita y dirigida por Joel y Ethan Cohen, la excelente fotografía es de Roger Deakins y el preciosista vestuario corre a cargo de Mary Zophres
¡AVE, CÉSAR!
(2016)
Una película dirigida por los hermanos Cohen siempre es
garantía de genialidad o extrañeza. Películas como “Raising Arizona” (1987), “Barton
Fink” (1991), “Fargo” (1996) o “El gran Lebowski” (1998) les han catapultado a
la categoría de directores de culto con todo merecimiento, sin que esto
signifique que sus trabajos no recauden dinero. La recién estrenada “¡Ave,
César!”, por ejemplo, costó 22 millones de dólares y lleva ya recaudados casi
63. Su cine es intelectual, pero no incomprensible ni divorciado con los gustos
del público.
George Clooney
(Lexington, Kentucky, 1961)
Interpreta a Baird Whitlock, un actor que sufrirá el síndrome de Estocolmo cuando lo secuestren unos conspiradores estalinistas
En esta ocasión han logrado
plasmar un proyecto que venían acariciando desde el año 2004. Y lo que han
conseguido es rendir un sentido homenaje a varias modalidades cinematográficas
como son el cine histórico de los “peplums” sobre el antiguo Egipto, Grecia o Roma,
el de las nadadoras sincronizadas haciéndonos sentir que puede existir la
utopía de un mundo perfecto, el de los bailes de soldados al estilo de “Un
americano en París” (1951) con Gene Kelly como estrella, y el de las
legendarias películas del lejano Oeste con un llanero solitario haciendo el
papel estelar del héroe.
Scarlett Johansson
(Nueva York, 1984)
Es DeAnna Moran, una deportista de natación sincronizada, y lo hace con una sublimación erótica más allá de la habitual en sus actuaciones
Las partes en que Alden
Ehrenreich imita al pistolero que Kirby Grant interpretaba en la serie de
televisión estadounidense “Sky King”, aquellas en las que Scarlett Johansson
hace una especie de alter ego de Esther Williams, mostrándonos en contraste su
carácter vulgar fuera de la pantalla, o las inolvidables escenas en que
Channing Tatum baila al estilo de Gene Kelly o Fred Astaire, son realmente
merecedoras de pasar a la historia del séptimo arte.
Alden Ehrenreich
(Los Ángeles, 1989)
Su portentosa actuación le sitúa como el mejor actor del reparto
Se trata de una película sobre
cómo se hacen películas, y en este sentido, cuando recrean la fastuosidad del
imperio romano, el color de la fotografía utilizado hace justicia al esplendor
de una época que ahora sólo conocemos por sus ruinas. Me estremecí de
escalofríos cuando vi a George Clooney tratando de emular al Kirk Douglas de “Espartaco”
(1961) en el rol de un centurión romano. El guion ofrece, además, una revisión
sobre el período oscuro de las células comunistas en Hollywood y le da unos
cuantos bofetones a la estúpida ideología totalitarista en favor de la iniciativa
individual y el libre mercado.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
Channing Tatum
(Cullman, Alabama, 1980)
Lo que hizo en esta cinta sólo está al alcance de los actores inmortales
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