lunes, 22 de julio de 2019

La hábil autojustificación de una vida errada

 
 
Albert Speer
(Mannheim, 1905 - Londres, 1981)
Colaborador muy cercano a Hitler
 
LAS MEMORIAS DEL ARQUITECTO
Y MINISTRO DE ARMAMENTO
DE HITLER
 
"Tal como se mostraba ante mí y ante otros, Hitler despertaba simpatías; así lo describo, y también doy una imagen de él como hombre entregado y capacitado en muchos aspectos"
 
"Fui condenado a veinte años de prisión por el Tribunal de Nuremberg. La condena terminó con mi existencia burguesa"
 
"Hitler, con gran intuición histriónica, en público sabía adaptar su comportamiento a las más diversas situaciones"
 
"Nunca supe si Hitler tenía algún interés por la buena literatura. Normalmente hablaba de obras de estrategia militar"
 
"Hitler sólo reaccionaba con terquedad y sin compasión cuando percibía una oposición muda y fundamental"
 
"Ya en aquella época (1934), los que gozaban de algún poder se enfrentaban envidiosos unos a otros, como diadocos que se prepararan para suceder al emperador"
 
"Hitler no tenía sentido del humor. Dejaba que fueran otros los que dijeran las agudezas, mientras él se reía a más no poder; llegaba a retorcerse literalmente de risa; a veces tenía que enjugarse las lágrimas que le brotaban a causa de tales estallidos de hilaridad"
 
"Muchas veces me preguntaba: ¿Cuándo trabaja? El día se le hacía muy corto; por la mañana se levantaba tarde y celebraba dos o tres conversaciones oficiales, y a partir de la hora de comer se dedicaba a dilapidar el tiempo hasta primeras horas de la noche"
 
"Si uno quiere comprender las cosas,
tiene que dedicarse a ellas a fondo"
 
"Hitler nunca dijo ni una palabra sobre aquella catástrofe (la derrota de Stalingrado), cuyos únicos responsables eran Göring y él. Por el contrario, ordenó que se creara enseguida un nuevo VI Ejército con el que recuperar la gloria del que había desaparecido"
 
 
Hitler frente a la torre Eiffel el 23 de junio de 1940, tras la derrota de Francia, flanqueado por el arquitecto Albert Speer y el escultor Arno Breker. Tras este día, Hitler nunca volvió a visitar París
 
"En las reuniones estratégicas Hitler decía cada vez con más frecuencia: No se hagan ustedes ilusiones. Ya no podemos volver atrás. Sólo podemos seguir adelante; se han roto todos los puentes que había a nuestras espaldas"
 
"El sobreesfuerzo y el aislamiento lo llevaron a un peculiar estado de petrificación y endurecimiento, de torturada vacilación, de permanente irritabilidad. Tenía que exprimir su extenuado cerebro para tomar las decisiones que antes adoptaba de forma casi lúdica"
 
"El trato diario con Hitler lo bajaba del pedestal de semidiós al que lo había subido Goebbels y lo ponía al nivel de cualquier otro ser humano, con todas sus carencias y debilidades, por mucho que su autoridad siguiera intacta"
 
"A Hitler lo que le interesaba por encima de todo era la representación. En cambio, pasaba por alto la penuria social y el sufrimiento humano; sus exigencias casi siempre incluían que se reedificaran los teatros destruidos por las bombas"
 
"Hitler seguía burlándose de los que comían carne. Cuando había caldo de pollo, podía estar seguro de que Hitler no tardaría en referirse a esa infusión de cadáveres. Y si se trataba de anguilas, afirmaba que la mejor forma de cebarlas y capturarlas era empleando gatos muertos"
 
"Hitler continuaba tomando decisiones
sin disponer de estudios concretos"
 
"Es verdad que nadie puede esperar que un jefe del Estado inspeccione el frente con regularidad, pero Hitler estaba obligado a hacerlo en su calidad de comandante en jefe del ejército. Si estaba demasiado enfermo, tendría que haber nombrado a otro, y si temía por su vida, entonces no podía ser comandante en jefe de un ejército"
 
"Hitler y sus colaboradores militares creían
poder dirigir la guerra desde sus mapas"
 
"Durante las reuniones estratégicas desplazaba de un lado a otro sobre la mesa a unas divisiones extenuadas, sin armas ni municiones, y a menudo les imponía unos plazos que era del todo imposible cumplir"
 
"Hitler no quería admitir que sus fracasos se debían a la debilidad de la posición a que nos había conducido su guerra de varios frentes"
 
"En opinión de Hitler,
la democracia debilita a los pueblos"
 
 

Albert Speer durante una visita a una fábrica de municiones en mayo de 1944. Su condena a 20 años en la cárcel de Spandau tuvo que ver con la utilización que hizo de trabajadores forzados en las fábricas de armas
 
 "Al principio de la guerra, Hitler se resistió a aprovechar totalmente la capacidad industrial de Occidente. Incluso proyectaba desindustrializar los territorios orientales ocupados; decía que la industria fomentaba el comunismo y daba pie a la formación de un estamento intelectual nada deseable"
 
"Lo que me escandalizaba era que los jerarcas nazis continuaran sin mostrarse dispuestos en absoluto a someterse a las mismas privaciones que esperaban que aceptara la nación; que continuaran disponiendo de las vidas de los demás sin consideración alguna; que siguieran demostrando su degradación moral y entregándose a sus banales intrigas"
 
"Su esperanza de que el destino le depararía un giro propicio en el último momento era inquebrantable. Si había algo enfermizo en Hitler era esta fe inconmovible en su buena estrella"
 
"Para Hitler sólo podía haber un dogma:
lo acertado es lo que resulta útil"
 
"A la vez que nos veíamos obligados a limitar la producción y hasta suspender el desarrollo de nuevas armas, en sus conversaciones con los mandos militares y políticos Hitler empezó a hacer insinuaciones cada vez más inequívocas sobre la próxima utilización de unas armas nuevas que iban a decidir la guerra"
 
"El 24 de enero de 1945, Guderian fue a visitar al ministro de Asuntos Exteriores, Von Ribbentrop. Le expuso la situación militar y le dijo sin rodeos que habíamos perdido la guerra"
 
"Hitler seguía moviendo divisiones de un lugar a otro, en un juego de guerra terrible y siniestro. Cuando al regresar de uno de mis viajes al frente vi marcados en el mapa los movimientos de nuestras tropas, no pude sino constatar que en el sector que yo había recorrido no se las veía por ninguna parte"
 
"La destrucción de los medios de comunicación que Hitler había ordenado no tenía sentido, puesto que el enemigo contaba con sus propios cables y emisoras de radio"
 
"Redactábamos memorias que se perdían en el vacío y tratábamos de cubrir nuestra insignificancia bajo una aparente actividad"
 
"Al final, lo que quedaba eran las imágenes de los campos cubiertos de cadáveres, las ciudades arrasadas, los millones de seres afligidos, los campos de concentración"
 
[Fragmentos tomados de Speer, Albert: Memorias, (título original: Erinnerungen) Barcelona, Editorial Acantilado, 2011, 7ª reimpresión, (traducción de Ángel Sabrido), pp. 932, pvp: 27 euros]
  
 
 
Un libro que explica el transcurso de una vida subordinada a un depravado mental cuyos objetivos principales eran el exterminio de los judíos, la superioridad aria y el dominio del mundo

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