Agachados: Alejandro, Rayco, Luis, Orlando, Rubén, Joel y Kevin
El entrenador Moisés ha tenido buenos mimbres
Dailo Jesús Santana Calcines, fan nº 1 del Teror, la UD y el Barça
Orlando creó más peligro en esta primera mitad que en toda la liga. Se le vio más hecho como futbolista, más peligroso y decidido, con mucha más verticalidad sobre la portería contraria, a pesar de jugar escorado en un extremo, como hizo Guardiola con Eto'o en el clásico que se disputó esa misma noche del sábado, emparejando al camerunés con Heinze y desbaratando así los planes de Juande Ramos, quien pretendía utilizar al argentino para neutralizar a Messi, el mesías del balón.
Darío y Orlando en un dos contra tres
Nuestro entrenador, Juan José, no disponía de los infantiles Andrés, Jorge y Javi, porque esa misma mañana habían disputado el último partido de liga que, pese a perder, les proclamó campeones de grupo. Y vaya que sí se notó. Con un Darío que estaba para permanecer reposando en la enfermería, sólo nos quedaba Orlando como jugador más adelantado y el hombre hizo todo lo que pudo, que fue bastante. Si no llega a ser por él, el CF Santidad se hubiese ido más arriba. Si no lo hizo fue porque las acometidas de los centrocampistas Claudio, David García, Rayco y el extremo derecho Orlando les metieron el miedo en el cuerpo. No las tenían todas consigo.
Los dos capitanes junto al colegiado, que estuvo magnífico
El segundo tiempo fue otra historia. El entrenador del Teror, fiel a su estrategia de rotaciones, dio entrada a Joel por Alejandro para darle más consistencia al centro de la zaga donde Alberto estuvo algo dubitativo y débil. De hecho, producto de esa debilidad e indecisiones vino el primer gol, cuando un delantero escurridizo le ganó la espalda para inaugurar el marcador. Joel consiguió imponer más respeto sobre el eje central de nuestra portería. Y Alberto se espabiló al verse con las espaldas mejor cubiertas. No volvió a cometer más errores y hasta se fue arriba para desquitarse, lanzando las faltas con la precisión a la que nos tiene habituados.
Rayco supo darle profundidad al juego del Teror
El cambio de Kevin por Orlando no dio el fruto apetecido. No tuvimos más efectividad con Kevin arriba. Supongo que la sustitución fue debida a que Orlando se vació en la primera parte y estaba agotado. Si no es así, la táctica resultó fallida. Después salió Rubén por David Cordero, tocó tres balones de manera ortodoxa y luchó todo lo que pudo en el juego posicional. No obstante, resultó completamente nulo en el juego aéreo y en el uno contra uno. Sus desmarques estaban sellados por el pundonor, pero los rivales eran superiores en el aspecto técnico y físico. A todas estas, va Claudio y se saca de no sé dónde un disparo de antología desde fuera del área que el portero rival detuvo milagrosamente porque iba duro, a media altura y ajustado al palo. De casta le viene al galgo, porque al finalizar el partido supe que aquel guardameta era el hijo del que fuera cancerbero de la Unión Deportiva Las Palmas, el serbio Zeljko Cicovic.
El portero del Santidad es una promesa con mucho futuro
Todas las esperanzas de remontar o acercarnos al empate se acabaron con este tiro lejano que fue respondido con autoridad y magisterio. Y como nuestros ímpetus se estrellaban contra unos jugadores que controlaban la situación, apareció Rayco para llevarse hasta tres jugadores en una incursión final que por poco no acaba en el fondo de las mallas. Qué jugador. Había protagonizado algunas arremetidas anteriores, pero que al borde del pitido final tuviera fuerzas para irse como lo hizo, tiene un mérito asombroso. Esa jugada y la brega que mantuvo (junto con Claudio, Darío y David García en el mediocampo), lo convierten en la figura estelar del partido.
El árbitro, Juan Jesús Sánchez Martín, perfecto.
Pitó todo lo que veía y todo lo que ocurría lo vio.
ANÁLISIS INDIVIDUAL
Fran prosigue en una línea ascendente
Luis (5): Batallador, pero sin proyección arriba. Ni siquiera en las faltas a balón parado que lanzamos subía. Le pasó factura jugar con los juveniles dos días antes. Participó con la mitad de energía que en él es habitual. Se le vio mermado de fuerzas, aunque no de carácter.
Luis, de espaldas, espera que Alberto lance una falta
Alejandro (5): Correcto en todo momento y sin alardes. Como siempre, nadie le robó la cartera. Si hiciera en campo contrario lo que hace en campo propio, sería un Dani Alves con gran futuro. No sé si no tiene capacidad física para prodigarse en el ataque o es que recibe órdenes estrictas de no marcharse, por si lo cogen al contragolpe descolocado arriba. De todas formas, es un placer verlo jugar porque nunca lo engañan y resuelve todos los líos que se forman por su zona.
Alberto corta un avance del delantero centro adversario
Alberto (4): Está desmejorado. No ha vuelto a ser el mismo de principios de temporada. Mantiene la personalidad y la inteligencia en la distribución de balones, pero parece haber descuidado la condición física. Es posible que la inactividad cuando estuvo sancionado le haya pasado factura.
Alberto persigue un balón que el rival da por perdido
Marco Antonio (5): Estuvo muy discreto, lo cual es un buen síntoma, porque significa que no cometió errores de bulto. Aunque tiene condiciones físicas y técnica para sobresalir, se desenvuelve como un proletario de la pelota. En el fútbol sale a relucir cómo es cada persona. Y Marco Antonio aparenta ser alguien tímido, humilde, noble y honrado.
Fran rechazando un cañonazo que llevaba dinamita
David Cordero (5): Luchó a su modo, lo cual choca bastante porque es un jugador con una gran clase del que no se espera sangre, sudor ni lágrimas. En una ocasión lo vi resolver una situación difícil. Recibió un balón en malas condiciones, acosado por tres rivales. Pues bien, realizó un control orientado y se zafó por la banda de quienes le perseguían pasando el balón al segundo toque. Lo vi tan de cerca que disfruté de esa jugada como un gourmet al que invitaran a comer gratis en el restaurante más caro del mundo. Cuando uno ve fútbol se pone en el lugar de quien lo practica, y a mí me produjo una satisfacción extraordinaria porque yo mismo de joven en esa jugada hubiera perdido la pelota. Me asombró David Cordero con lo que hizo, de ahí mi estado jubiloso.
Claudio intentó poner orden en un mediocampo muy reñido
Claudio (9): Sin él estaríamos hablando de una goleada de escándalo. Mantuvo al equipo sin que se descoyuntara por completo. Se pasó el partido achicando agua por todos lados porque el barco se hundía. Tuvo que vérselas con jugadores que salían desde todas partes y que parecían acudir en mayor número porque eran muy buenos. La manera en que dio la cara y se impuso en su desenvolvimiento particular es para quitarse el sombrero. Cualquier otro se hubiera desmoronado. Encima se sacó de la chistera un remate que hubiera sido gol contra todos los demás porteros excepto frente al que tenía delante. Lástima que allí estuviera el hijo de Cicovic. De tal palo tal astilla.
Claudio, el jugador más compensado del Teror
Darío (4): Nunca tuvo que haber salido a disputar este encuentro por su propio bien. No estaba en condiciones de jugar, pero como es un fenómeno, el entrenador lo puso. Jugando al diez por ciento de su capacidad es tan bueno como el cien por cien de algunos compañeros. Pero eso no basta cuando enfrente tienes a unos marcadores que se las saben todas y no dejan pasar ni una. Tengo la impresión de que el entrenador lo hubiese alineado hasta sentado en una silla de ruedas. Lamentablemente, para jugar a este deporte hay que estar en plenitud de condiciones físicas. Si no, Johan Cruyff seguiría maravillando en el Ajax y hasta Maradona haría virguerías en el actual Manchester.
Darío a punto de dar una asistencia a David García, que se la pide
(Obsérvese que son dos contra cinco)
David García (7): Peleó más de lo que en un jugador tan exquisitamente técnico es habitual. Está tratando de sumar la combatividad a sus cualidades como jugador habilidoso. Y lo está consiguiendo. La pena es que tuvo que vérselas con futbolistas tan duros y curtidos que toda su lucha sólo sirvió para mantenerlos a raya. Está en progresión y por la senda que va lleva camino de convertirse en un jugador completo: abnegado, peligroso e intuitivo.
Rayco se erigió en la figura del encuentro por entrega y acierto
Rayco (10): No se le puede pedir más a este muchacho que estuvo en la cadena de filiales de la Unión Deportiva Las Palmas. Por algo sería. A la batalla constante que mantuvo, hay que destacar las galopadas que realizó driblando a los contrarios que trataban de impedirle el paso. Salió de las situaciones comprometidas con buenos toques de pelota. Sabe tratar bien el balón, engañar y no ser burlado. Tiene el corazón de Puyol para salir adelante cuando todo parece perdido. Sacó el coraje de un verdadero futbolista. No se arrugó ante nada y supo conducir el balón con velocidad y dominio. Si se cuida en el plano físico, aquí hay un gran jugador en perspectiva.
Orlando es tan rápido que derrapa sobre el césped sin perder el equilibrio
Orlando (8): Sorprendió a propios y extraños cobrando un protagonismo como nunca lo había tenido durante toda la temporada. Fue el único argumento ofensivo que tuvimos durante la primera parte. La responsabilidad que le confirió el entrenador quizá fue excesiva para un cadete de primer año, pero Orlando, lejos de defraudar, agradó hasta el punto de parecer un jugador veterano. Mostró perpendicularidad y fue incluso más veloz que de costumbre. Disputó balones saliendo airoso. Se fajó arriba como un héroe en solitario. Y no obtuvo recompensa porque en la soledad del área sus únicos compañeros fueron los adversarios.
Orlando, solo delante de la portería, sin nadie que le asista
Joel (6): Muy bien. Su forma de jugar es encantadora. Es un especialista en la función de marcador central. Siempre que lo veo me acuerdo de Tonono. Echaré de menos a este jugador cuando el equipo se disuelva por la edad de sus componentes, es decir, cuando se hagan mayores y tal vez abandonen el fútbol. Nunca pensé, cuando lo veía de niño, que me haría recuperar a un ídolo de la niñez. La vida es increíble. Cada vez que lo miro me parece ver jugar a Tonono. ¿No es maravilloso? Verlo jugar equivale a transportarme en el túnel del tiempo, cuando el internacional aruquense era el capitán del equipo amarillo y de la selección española de fútbol.
Joel consiguió evitar que encajáramos más goles
Kevin (4): Correr y luchar puede ser infructuoso. Es requisito previo pero no garantía de éxito alguno. Kevin lo intentó, pero la calidad de los rivales era muy superior a la suya. Ni él ni nadie pudo marcar el gol de la honrilla para nosotros. No tiene ninguna culpa. Hizo lo que pudo. Puso el músculo, la fuerza, pero sin apenas llegar a tocar el balón, todo su sacrificio resultó improductivo.
Kevin no pudo perforar la portería como hubiera querido
Rubén (3): Juega porque se trata sobre todo de participar, no sólo de ganar. Interviene porque los jugadores se hacen dándoles minutos en los partidos. Pone empeño, ilusión y su mejor voluntad, pero todavía tengo para mí que lo suyo no es el fútbol. Y eso que se le vio con más afán de intervenir y luchar que en otras ocasiones. No creo que nadie crea en él como jugador, salvo los aduladores que suelen ser falsos amigos, así que tendrá que confiar en sí mismo. Y hacerse como futbolista también. Ojalá progrese y el año próximo veamos una versión mejorada, porque si todos los jugadores del Teror fueran tan inoperantes, ahora mismo cerraríamos la temporada como colistas. Es lo que dije una vez y lo sigo manteniendo: cada vez que juega se beneficia él y no el equipo. Lo mejor que le veo como padre suyo que soy, y me conforta y alivia, es que está intacto porque no se ha lesionado hasta el día de hoy.
Rubén calculando la trayectoria de un balón que va a recibir por alto
Rayco protagonizó la mejor jugada del encuentro en el último minuto.
Fue el gran colofón a un partido en el que felicitamos
al equipo contrario por su más que trabajada victoria
animos teror,nunca caminaras solo.
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