BANDOLERA
Un día del mes de mayo,
una mañana muy fresca,
yo salí por esos valles
y crucé por esas vegas.
Cantaban los pajarillos,
olían las azucenas,
eran azules los cielos
y las fuentes claras eran.
De las nubes descendió
una niña bandolera:
me asaltó, desvalijó
me pidió que la siguiera.
Me miró, me sonrió
y yo eché a correr tras ella.
Azules eran sus ojos,
dorada su cabellera,
sus mejillas como rosas
y sus dientes como perlas.
Unos quince años tendría,
era un gran placer el verla.
¡Cómo se lavó las manos!
una niña bandolera:
me asaltó, desvalijó
y se llevó mis cien monedas.
Después de que me desnudó,
me pidió que la siguiera.
Me miró, me sonrió
y yo eché a correr tras ella.
Yo no pude dar alcance
a la niña bandolera,
ni cómo lavó sus manos
y corrí por esas vegas,
mas mi corazón estaba
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