jueves, 20 de febrero de 2014

Un poeta actual sin ir más lejos de aquí mismo



Teodoro Santana Hernández
(Las Palmas de Gran Canaria, 1957)

EL HIJO QUE ME VA A NACER

El hijo que me va a nacer
se está muriendo de hambre en Somalia,
es palestino en Gaza o Cisjordania,
es un senderista torturado en Lima,
está cayendo alcanzado por la metralla en Sarajevo,
esconde su piel en los suburbios de Soweto,
se lo comen las ratas en Tailandia,
lo matan en las calles de Brasilia,
nunca aprenderá a leer en Guatemala
y lo devora la fiebre en una barraca de Turquía.

Lo persiguen ferozmente en todas partes,
pero en todas partes vive:
a vivir viene a este planeta,
a resistir como cada uno,
y se alimenta bien y está bien cuidado
cerrando el puño en el vientre de su madre.



MANUAL DE LA ALEGRÍA

Nadie ha amado como tú has amado,
ni ha consumido su corazón
en tantos besos encendidos.

Es el amor un asunto
que cada uno reinventa
como una radiante mañana delicada
que por el sur levanta una palpitación indeleble.

No vaciles en dejarlo brotar en tu pecho,
ni rechaces su regalo de alegría,
aunque despiertes la ira de los fríos.

Cuando crezca en ti
como una marea desbordada,
deja que queme tus arterias y tu saliva,
que conquiste tu boca enmudecida,
que abra tus esfínteres a las feromonas
y llene de fuego tus ojos cerrados.

No termina así el amor, nunca muere:
sólo cambia de palabras y de labios.




MAESTRA

 Llegas, maestra, en otoño
a enseñar las fábulas y la vida,
las metonimias y los números romanos.
Acudes al sur calcinado de mi patria
o al pie de los volcanes encendidos,
allá donde se atisbe el futuro
o resista en piel una esperanza.

Cargada de libros y libretas,
de programas, dictados y bolígrafos,
te enciendes al contacto de los niños
o caes asesinada por las administraciones.

Yo hubiera querido tu trabajo duro,
la pasión con que penetras la inconsciencia,
la señal de tu nombre en las almas
a la luz de las mañanas venideras.

Pero sólo puedo amar tus ojos cansados,
tus manos morenas blancas de tiza,
tus labios entreabiertos que me enseñan.

(Poemas escritos por Teodoro Santana)


"La educación es al hombre lo que el molde al barro"
Jaime Balmes
(Vich, 1810 - 1848)

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