martes, 8 de abril de 2014

Porque la sangre vuelve para dar a luz más sangre


 
 
FÁBULA DE OVÍPAROS
PARA NIÑOS
 
De un nido oculto han nacido siete pollitos:
cuatro negros y tres mestizos. Uno de ellos
es débil y mínimo, sin embargo,
con su color arlequinado, negro y blanco,
parece desafiante y gallardo, aunque
sea tan poquito. Se queda dormido
cuando los rayos del sol lo alcanzan
y en lugar de alimento busca abrigo.
Será un día un kíkere esbelto
o tal vez le toque morir devorado
por un roedor o cualquier otro peligro.

 
 

Desconoce que en el cielo acechan
cernícalos y en el suelo abundan zarzas
con espinos. No sabe que en el asfalto
de la carretera cercana moriría aplastado
como quien se cae desde un precipicio.
Ignora la rivalidad de sus hermanos
cuando lleguen a alcanzar la edad adulta
y cómo le impedirán comer
ahuyentándolo con sus espolones
por acaparar el maíz y el trigo.

 
 

Picotea la tierra por atavismo
genético heredado. La madre cloquea
para atraer a sus hijos cuando advierte
que traigo comida, pero también
para alejarlos si me aproximo.
En algunos lugares los llevarían
a la cazuela desde el nido
como si fueran un manjar exquisito.
Ellos viven ajenos a todo, inocentes,
creyendo que la vida y el mundo
comienzan con ellos mismos.

 
 

No tienen nociones de historia,
no saben de ninguna guerra, crimen,
naufragio, estupro, tortura o suicidio.
Si pensaran, concluirían que saberlo
no les sirve de nada, pues carece de sentido.
Ni siquiera tienen idea de que otros
como ellos han llegado antes y se han ido.
La rueda de la existencia gira otro círculo.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario