miércoles, 26 de julio de 2017

La epifanía legendaria de la capital de Hungría

  
Budapest
 
LA CIUDAD MÁS HERMOSA
 
Praga, Viena y Budapest tuvieron a bien
mostrarse desnudas a un caminante
para ser juzgadas de una vez por todas.
 
Depositaron en sus manos el dorado caduceo,
obra del dios Hermes, hijo de Zeus,
para que eligiera, a la suma gloria
de las traviesas Piérides,
la mayor de las hermosuras.



Plaza de la Ciudad Vieja de Praga con la estatua
de Jan Hus y el templo de Nuestra señora de Týn
 
Viena alegó ser ella,
por sus teatros, la merecedora,
añadiendo los palacios
de Schönbrunn y Hofburg,
cuya sola mención
hace cualquier comparación
odiosa e inoportuna.

 
Fuente, jardín y arcos del palacio de Schönbrunn en Viena

Praga mostró sus quejas
porque exhibía el puente de Carlos,
la iglesia de Týn, las sinagogas
y la catedral de San Vito.
Con el río Moldava al fondo,
¿cómo iban a ser eclipsados sus dones?
 
Budapest calló ruborizada
y dócil nada dijo,
pero a los ojos del peregrino
habían decidido los hados
que en la gema del Danubio
brillaba el tesoro más rico.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz)

 
 Parlamento de Hungría
Edificio neogótico del arquitecto
Imre Steindl
(Budapest, 1839 - 1902)
Meses antes de acabar el edificio el constructor
húngaro se quedó ciego y no pudo verlo terminado

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