Mario sujetando la nieve con los bastones para que no se le escape
Mario preparado para salir al rescate de los que gritan "¡auxilio!"
desde el fondo de la pista negra
porque se dieron un tortazo mientras bajaban
y no hay quien se atreva a socorrerlos
Estaba siendo el invierno más duro en Canarias desde 1965. Las hortalizas que plantaba aparecían muertas al día siguiente por las heladas nocturnas. Me había llenado de dolores reumáticos en las articulaciones. Caminaba encogido y tiritando. El termómetro de mi casa no subía de los diez grados nunca. El exceso de humedad me estaba poniendo enfermo. Tuve dos gripes. Las goteras me sometían a un asedio continuo. Por las mañanas, al bañarme, corría el riesgo de permanecer congelado en la ducha. Las cosechas peligraban en los campos. Estaba desesperado. Alguien tenía que hacer algo y parecía que sólo podría lograrlo un superhéroe de los cómics del sello Marvel. ¿Dónde estaba Spiderman? ¿Dónde el Capitán América? ¿Y "Los Cuatro Fantásticos"? Nadie acudía en nuestro socorro. Hasta que llegó mi amigo Mario, a quien en adelante debería llamar Super-Mario, se disfrazó de Dan Defensor (pero como el auténtico es ciego, se puso gafas), y arrastró consigo todo el congelamiento llevándoselo lejos, muy lejos, a un sitio extranjero desde donde no podrá volver por ahora hasta el fin del otoño: se lo llevó para Andorra, que pertenece más a Francia que a España, pese a su vecindad con Cataluña.
Mario adoptando la personalidad de Mike Murdoch
para convertirse en Dan Defensor
y salvar a la Humanidad de los esquiadores perdidos
que detecte con su visor
Mario junto a la escafandra que utilizó para llevarse el frío de Canarias
Mario comprobando la nieve que dejó caer
como un lastre en Sierra Nevada.
Obsérvese que la verja de madera no fue
un obstáculo para sus superpoderes.
Gracias a ti, Mario, nos sacudimos del letargo invernal. Pero como nadie es perfecto y nunca llueve a gusto de todos, ahora sufrimos una calima sahariana que no es culpa tuya, sino del viento que aprovechó tu ausencia para echarnos encima un montón de polvo. Tenías que haber estado aquí para defendernos de este acoso. Claro, yo entiendo que no se puede estar en misa y repicando a un mismo tiempo. Quedas disculpado. Además, seguro que en estos momentos ya estás soplando con todas tus fuerzas hercúleas para alejar todas estas partículas de tierra que flotan en el aire y atacan a los alérgicos. Sé que eres modesto y no quieres que te lo mencionen ni que te reconozcan por la calle. Tú tranquilo que pocos van a enterarse porque este blog no lo lee casi nadie.
Lugar donde Mario repostaba la kriptonita que le suministra energías
Aquí se alojaba Mario porque al hotel sólo fue a dejar las maletas
para poder despistar a los fans y periodistas que le seguían
Aquí se pueden ver las huellas del trazado que siguió Mario para ir
depositando el frío canario solidificado en forma de nieve por Andorra
¡¡¡Que recuerdos de la epoca Marvel!!!. En fin, volveré, esta vez bañador en ristre, a resolver este entuerto de la calima. Lástima que no pueda mandarte fotos de esa guisa porque las fans colapsarian tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todavía estoy masticándome las uñas de la envidia que me corroe por las fotos que me enviaste de los jugadores del Barça con los que coincidiste en el aeropuerto. Cuando acabe con las uñas seguiré comiéndome las fotos en pedacitos muy pequeños. No vuelvas por Carcassone si no quieres que te persiga con la excusa de que eres un "cátaro" porque "cataste" a dos cracks del FC Barcelona y yo aquí con estos pelos que estarían como escarpias si no fuera porque soy calvo.
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