DESGARRO CÓMPLICE
He observado, al salir, una gris ranura
en el cemento agrietado de un parterre
con flores. Me he detenido, siendo consciente
de que su estado refleja la contextura
de mi propia salud. Las costras de la pintura
denotan que esa superficie tuvo un breve
lapso de plenitud. Somos deudos en el leve
paso por esta vida que lleva a la amargura
y al dolor de todo lo perdido, de todo
lo que dejó en el camino el tiempo destructor.
Me he sentado en el muro a charlar un poco
de lo que nos une e identifica a los dos.
La fisura del ladrillo es como un ojo
que le suplica a mi agrietado corazón.
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