miércoles, 13 de febrero de 2013

Un gran poeta que no se diluye en lo intrascendente

 
Felipe Benítez Reyes
(Rota, Cádiz, 1960)
 
PALACIO DE INVIERNO,
SAN PETERSBURGO
 
La tesela y el mármol, sí;
el esmalte y la seda, por supuesto;
los techos minuciosos,
su red de artesonados detallistas;
la tarima de taracea,
el refinamiento grotesco y delicado,
el ornamento dentro del ornamento
dentro del ornamento,
un delirio dorado de volutas...
 
 
Interior de la catedral del Palacio de Invierno
de los zares de Rusia en San Petersburgo
 
La escenografía responde,
quizás, a una conciencia bifurcada:
la grandeza exterior
y la fragilidad íntima,
repartidas en mil quinientas habitaciones.
El manierismo, en definitiva, como escudo,
las artes decorativas
como herramienta de poder.
 
 
El salón de malaquita del Palacio de Invierno de San Petersburgo
que atacaron los bolcheviques en la revolución de octubre de 1917
 
Y, de repente, una interferencia
en la apreciación de estas suntuosidades,
que no son inocentes;
un pensamiento de los considerados demagógicos:
la imagen del campesino
que vuelve a su cabaña entre la nieve,
la nieve como un mármol,
la noche como un trono en el vacío.
 
 
 
POSTAL DEL BÁLTICO
 
Quien navega conoce la razón insondable
que une tiempo y espacio. Se parece a la nada
la extensión de estos verdes reflejos de metales,
se equipara al vacío el confín de las aguas.
 
Los barcos se dirigen siempre a ninguna parte,
como nosotros mismos, desde un puerto fantasma.
zarpen de donde zarpen, siempre serán errantes.
Lleguen a donde lleguen, tocarán tierra extraña.
 
El mar es un secreto guardado bajo llave.
Nos llama desde el fondo su tiniebla callada.
Quien navega conoce la razón insondable.
Quien navega comprende la razón de la trama.
 
 
Mar Báltico
Los romanos lo llamaron "Mare Balticum" en honor
a la mitológica isla de Baltia abundante en ámbar
 
FINAL
 
Todo va por el aire.
(¿Y todo es suyo?)
 
Del mundo ha de quedarte
tan sólo una leyenda.
 
Del tiempo, el eco anómalo
de unos pasos en fuga.
 
(Tu paso entre la fuga de las cosas,
las cosas en la fuga de sí mismas).
 
Todo va por el aire,
se posa en ti,
vuelve al aire.
 
¿Quién dice permanencia?
 
Tú roza el espejismo y sigue huyendo.
 
(Poemas pertenecientes a Felipe Benítez Reyes tomados de su libro titulado: Las identidades, Madrid, Visor, 2013, 1ª edición, 111 páginas)
 
 

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