lunes, 31 de marzo de 2014

La alumna más ilustre que no pensé conocer nunca

 
 
IRIOME
 
Surgiste de las brumas que cantan los Eddas,
las nieblas del bosque que envolvieron a Varo
en Teutoburgo, hija odínica del Tártaro
que naciste como una femínea presea.
 
Tu nombre, con resonancias góticas de greda,
golpea en mi corazón como el del bárbaro
a quien Roma sometió bajo el puño de Mario
o la reina a quien llevó en triunfo Julio César.
 
 
 
El amor que sientes por el saber erudito
es el nexo de unión entre ambos. Te observo
sin dar crédito a mis ojos: tanto lirismo
 
hay en tu belleza física como en tu espíritu.
Eres alguien que se sitúa fuera del tiempo,
un disfraz de persona sobre un ser mítico.
 
(Soneto alejandrino escrito por Andrés González Déniz)
 
 

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