Ésta es la imagen más perdurable del film en la iconografía popular
LE VOYAGE DANS LA LUNE
(VIAJE A LA LUNA)
(1902)
Tres meses de rodaje y 10.000
francos de la época costó rodar este corto de 14 minutos y 12 segundos de duración que marcó
un hito en la historia de la cinematografía por los efectos especiales, nunca
vistos antes, y por inaugurar el cine de ciencia ficción con sus rasgos
esenciales: nave espacial, seres extraterrestres y descubrimiento de nuevas
fronteras.
La escena del lanzamiento al espacio adquiere tintes de tebeo
Los espectaculares efectos
incluían la sobreimpresión de fotografías, el fundido lento y la manipulación
de los fotogramas en el montaje. El ilusionista Georges Méliès dirigió esta
película muda, escribió el guion, la produjo, fue el actor principal (el
profesor y científico Barbenfouillis), diseñó el vestuario y la escenografía,
dirigió el proceso fotográfico, orquestó a los actores y creó los efectos
especiales, todo con un sentido teatral heredero de la comedia e inspirándose
en “De la tierra a la luna” de Julio Verne y “Los primeros hombres en la luna”
de Herbert George Wells.
De izquierda a derecha: la estrella polar (Alfa Ursae Minoris), la titánide Febe (diosa de la Luna), y el viejo Saturno asomándose a una ventana
Los selenitas fueron
interpretados por acróbatas del cabaret parisino “Folies Bergère” (cuyo nombre
vendría a significar “Las locuras de la calle de la pastora”). Rodada en los
estudios ubicados en el departamento parisino de Sena-Saint Denis, que en
realidad eran un invernadero agrícola con techo y paredes de cristal para
aprovechar al máximo la luz solar, lo más sorprendente para los espectadores de
entonces resultaba ser la desaparición de los alienígenas cuando eran golpeados
por paraguas y se convertían en humo.
Mientras que en la copia original la banda sonora está compuesta por unas sencillas notas de piano, en la versión restaurada la música añadida adquiere una textura espectacular e inesperada
Hubo dos versiones originales,
una en blanco y negro y otra en color, pintada a mano, que se creía perdida
hasta que fue hallada en la Filmoteca de Cataluña en 1993. Restaurada desde
1999 hasta el año 2010 en technicolor por “Lobster Films”, se reestrenó en el
año 2011 junto con un documental (“Le voyage extraordinaire”) durante el festival
internacional de Cannes.
Entristece pensar que todos sus protagonistas han muerto
Curiosamente, existen también dos
finales de la película alternativos: en uno todo acaba con la inmersión del
cohete espacial en el océano; en el otro se ve un desfile de homenaje con una
estatua erigida al cosmonauta Barbenfouillis, quien está pisando la luna a modo
de soldado enemigo derrotado. Además, en este final se nos muestra a un
selenita amaestrado como si fuera una mascota o un prisionero al estilo de los
desfiles triunfales romanos. Hoy nos resulta increíble la ingenuidad que exhibió
el cine en sus inicios y esta cinta se ve con una sonrisa en los labios como si
se tratara de un experimento frívolo.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
A pesar de estar en deuda con el teatro, "El viaje a la Luna" intentó marcar distancias infranqueables con las posibilidades que ofrecía el nuevo arte del cine creando sus características consustanciales
No hay comentarios:
Publicar un comentario