domingo, 24 de enero de 2016

Nunca hay que claudicar, pase lo que pase

 
Una obra de arte incuestionable
 
THE REVENANT
(EL RENACIDO)
(2015)
 
Un western atípico que muestra con un realismo inusitado cómo pudo ser la relación entre los indios Arikaras y Pawnees con los buscavidas y tramperos blancos allá por 1823. Basada en la vida de un explorador y cazador de pieles, Alejandro Iñárritu y Mark L. Smith hicieron el guion tomando como base la novela que Michael Punke escribió sobre este personaje llamado Hugh Glass (Pennsylvania, 1783 – Dakota del Norte, 1833).
 
 
Hugh Glass con su hijo mestizo Hawk ("Halcón")
 
La película es un portento cinematográfico desde cualquier punto de vista, tal es así que sitúa a su director como uno de los grandes de la historia tras haber filmado otras maravillas del séptimo arte como “21 gramos” (2003) sobre la corrupción policial y el narcotráfico; o “Birdman” (2014), que trata del insoportable sinsentido que deja tras de sí la popularidad cuando se ha esfumado.
 
 
Intentando salvar la vida de un compañero de fatigas
 
Es una historia de venganza, pero el tema que más resalta es el de la dureza de la vida ante la cual nunca hay que doblegarse. Uno de los momentos culminantes de la película sucede cuando el protagonista, interpretado por un impagable Leonardo DiCaprio, trata de aproximarse más muerto que vivo al hijo que le han asesinado y, como no puede hacer nada por él, ni siquiera llevarle flores, le coloca un poco de musgo en la boca y recuesta la cabeza sobre su cuerpo prometiéndole que cuidará de él y que no va a abandonarlo.
 
 
Es imposible reflejar mejor el padecimiento tal como lo hizo DiCaprio
 
Los paisajes rodados casi todos en la canadiense Columbia Británica son espectaculares, si bien el río Olivia que aparece al principio pertenece a la localidad de Ushuaia, capital argentina de la Tierra del Fuego. El film es una lección de cómo debe desarrollarse un relato de manera que nunca pierda interés, dosificando la acción de un modo tan sabio como una odisea homérica. DiCaprio merece un óscar a todas luces por la increíble veracidad con que dramatizó el sufrimiento que puede llegar a padecer y resistir un ser humano.
 
 
John Fitzgerald (Tom Hardy) simboliza la mezquindad humana de un modo realista. Es el tipo de hombre con el que sueles encontrarte en la vida real, por desgracia, y eso que procura ocultar su calaña
 
Pueden matarte la esposa, asesinar a tu hijo, hacerte daño hasta dejarte inválido, o incluso enterrarte vivo y desahuciarte por completo. Todas estos desastres le suceden a Hugh Glass y hubieran conseguido que se rindiese la mayoría de nosotros. Por eso, la gran lección de la película es que nunca hay que darse por vencido y entender que cada día conlleva la incertidumbre de nuevas amenazas, o que tras cada paisaje de belleza sobrecogedora se esconde acechante el peligro, y no por eso debemos bajar los brazos. 
 
El capitán Andrew Henry (Domnhall Gleeson) demuestra
que no todos los hombres son unos tarados rufianes
 
Tom Hardy hace el papel de John Fitzgerald, el antagonista malvado que merece otro óscar porque no parece un actor, sino la encarnación de la tozudez y la maldad, un rudo asesino al que una vez arrancaron parte de su cabellera los indios. Will Poulter encarna a un explorador histórico, James Bridger (Richmond, Virginia, 1804 – Kansas City, Missouri, 1881), y lo hace transfiriéndole las dosis de ingenuidad juvenil que requería. Domhnall Gleeson da vida de manera insuperable y llena de humanidad bondadosa al militar y comerciante de pieles histórico Andrew Henry (Pennsylvania, 1775 – 1832) con un talante moral de tanta honradez que terminará pagándolo con su vida.
 
 
Jim Bridger (Will Poulter) es el crédulo joven que cuando es demasiado tarde sospecha y se da cuenta de que lo han engañado
 
La música de Ryūichi Sakamoto se compagina con la narración visual de manera mimética y llamativa, especialmente en la percusión. La fotografía de Emmanuel Lubetzki es prodigiosamente adecuada, confiriéndole tintes sombríos y luminosos según lo requiera la trama. El momento en que la barcaza se desplaza por el río parece un homenaje al “Apocalipsis Now” de Coppola, con similares tonos de sombras. En definitiva, ésta es una obra de arte para salir de la sala de proyección deleitados como espectadores y reforzados como personas en nuestra determinación por sobrevivir frente a un mundo inhóspito.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Hawk (Forrest Goodluck), Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) y John Fitzgerald (Tom Hardy) intentando salvar el pellejo ante un ataque en las tierras salvajes de los indios Arikaras norteamericanos

No hay comentarios:

Publicar un comentario