jueves, 7 de enero de 2016

Porque allí dio comienzo la cultura europea

  
Enrique Badosa
(Barcelona, 1927)
Poeta, ensayista y traductor 

CARIÁTIDES
 
¿Por qué la insidia contra la hermosura,
la pertinacia en corroer la luz?
Se os fue llevando un viento de uñas rotas,
un rencor en la faz de la belleza,
lo tenebroso que pasó reptando,
la muerte que también aquí es la muerte.
No bastan nuestros ojos para que sigáis vivas
ni acariciar, amantes, vuestro nombre.
Vuestro vacío quemaría el mármol.
Si no transparecéis en piedra intacta
y en el lugar de siempre,
contemplaré mi ausencia en vuestra ausencia,
y ¡ay! de todos nosotros.
 
 
Tribuna de las Cariátides en el templo ateniense del Erecteion

AZUL DE SAMOS

En el sentido azul de las palabras
hablábamos de cosas de la mar,
de su mirada azul, de sus cabellos
peinados en azul de espejo azul,
de lo que pone azul para nosotros,
de adónde va con este paso azul...
Y para más verdad de lo que hablábamos,
nos fuimos al azul adolescente
de su desnudo azul,
y regresamos para siempre azules.
 
 
Playa de la isla de Samos
 
MICONOS
 
De noche se acallaba tu blancura
cuando te conocí.
Esas calles estrechas... Me adentraba
en enigma de paz y laberinto,
me hundía en él, gozaba de sus formas,
de tantear tinieblas con estrellas de pronto,
de no querer salir,
de dar con aquel otro caminante
que resultó ser yo,
y de reconocerme
yendo junto a mi propio Minotauro.
 
 
Puerto de Miconos en la isla cicládica homónima
 
Han cambiado las cosas y Miconos, ahora,
de noche sigue reluciendo blanca.
Algarabía, luz de tenderetes,
el comercial sirtaki...
Ariadna se ha empeñado en ir de compras.
Teseo se va de compras, qué remedio,
y le cuenta su enojo al dócil Minotauro.
Después, cenar a gusto en "Antonini",
y volver —ten paciencia...—
a la excesiva noche de los bárbaros.
También es virtud griega el aceptar
que no se debe siempre estar tan solo.
 
 
Iglesia ortodoxa en la isla de Miconos

DÉDALO
 
Me detienen los golpes de la mar
—Kato zakros, Matala, Kolimvari—,
las laderas me cortan el camino
—Vatipetron, Varvaron, Aghios Thomas—,
no hay más remedio que seguir andando
—Aski, Vassilikí, Pátira, Vori—,
ascendiendo tampoco me libero
—Ida, Vouvala, Dicte, Siderotas—,
el hilo se rompió no sé por dónde
y no he salido nunca más de Creta.
 
[Poemas de Enrique Badosa publicados en Mapa de Grecia, Barcelona, Plaza y Janés, 1980, 2ª ed., (colec. "Rotativa", nº 242), pp. 135]
 
 
El libro fue escrito entre 1976 y 1977

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