jueves, 15 de junio de 2017

El descenso a los infiernos de una expedición

 
Álvar Núñez Cabeza de Vaca
(Jerez de la Frontera, 1492 - Sevilla, 1557)
Explorador, descubridor y conquistador español
(Estatua de bronce conmemorativa en la ciudad tejana de Houston)
 
NAUFRAGIOS
 
"Pánfilo de Narváez, con poder y mandado de Vuestra Majestad para conquistar y gobernar las provincias que están desde el río de las Palmas hasta el cabo de la Florida, las cuales son en tierra firme, y Cabeza de Vaca, por tesorero y alguacil mayor, llegamos a la isla de Santo Domingo, donde estuvimos casi cuarenta y cinco días proveyéndonos de algunas cosas necesarias, señaladamente de caballos"
 
"Más de ciento y cuarenta hombres se quisieron quedar allí por los partidos y promesas que los de la tierra les hicieron. De allí partimos y llegamos a Santiago, que es puerto en la isla de Cuba"
 
"Otro día, de mañana, comenzó el tiempo a dar no buena señal, porque comenzó a llover y el mar iba arreciando tanto que aunque yo di licencia a la gente para que saliese a tierra, como ellos vieron el tiempo que hacía y que la villa estaba de allí una legua, por no estar al agua y frío muchos se volvieron al navío"
 
"Era necesario que anduviésemos siete u ocho hombres abrazados unos con otros para podernos amparar y que el viento no nos llevase; y andando entre los árboles no menos temor teníamos de ellos que de las casas porque, como ellos, también caían y no nos matasen debajo"
 
"Las personas quedaron tan desfiguradas por los golpes de las peñas que no se podían conocer"
 
"La tierra quedó tal que era lástima verla; caídos los árboles, quemados los montes, todos sin hojas ni hierba. Así pasamos hasta cinco días del mes de noviembre"
 
"Llegados a Guaniguanico nos tomó otra tormenta en la que estuvimos a tiempo de perdernos. En el cabo de Corrientes tuvimos otra donde estuvimos tres días"
 
"Los indios nos pareció que con sus señas
nos decían que nos fuésemos de la tierra"
 
"Nos mostraron un poco de maíz que aún no estaba para cogerse. Allí hallamos muchas cajas de mercaderes de Castilla y en cada una de ellas estaba un cuerpo de hombre muerto y los cuerpos cubiertos con unos cueros de venados pintados"
 
"Señaláronnos que muy lejos de allí había una provincia que se decía Apalache, en la cual había mucho oro"
 
 
Edición con aparato crítico de Cátedra (2007)
 
"Mi parecer era que se debía embarcar e ir a buscar puerto y tierra que fuese mejor para poblar"
 
"Allende del cansancio que traíamos,
veníamos muy fatigados de hambre"
 
"El caballo dio de cenar a muchos aquella noche. Pasados de allí, otro día llegamos al pueblo de aquel señor y allí nos envió maíz. Aquella noche, donde íbamos a tomar agua nos flecharon un cristiano"
 
"Nos llevaron por tierra muy trabajosa
de andar y maravillosa de ver"
 
"Mas con vernos llegados donde deseábamos y donde tanto mantenimiento y oro nos habían dicho que había, paresciónos que se nos había quitado gran parte del trabajo y cansancio"
 
"Llegados que fuimos a vista de Apalache, entrados no hallamos sino mujeres y muchachos, que los hombres, a la sazón, no estaban en el pueblo; mas de ahí a poco, andando nosotros por él, acudieron y comenzaron a pelear flechándonos y mataron el caballo del inspector, mas al fin huyeron y nos dejaron"
 
"Otro día siguiente, otros indios de otro pueblo que estaba de la otra parte vinieron a nosotros y acometiéronnos de la misma arte que los primeros"
 
"Los indios nos hacían continua guerra
hiriéndonos la gente y los caballos"
 
"Cuantos indios vimos de la Florida aquí, todos son flecheros, y como son tan crecidos de cuerpo y andan desnudos, desde lejos parecen gigantes"
 
"Fue cosa de muy gran lástima y dolor ver la necesidad y trabajo en que estábamos"
 
 
Edición en tapa blanda de Alianza (2008)
 
"Entre la gente de caballo se comenzó
la mayor parte de ellos a ir secretamente"
 
"Algunas veces hallábamos indios
pescadores, gente pobre y miserable"
 
"Acordamos de encomendarnos a Dios nuestro señor y aventurarnos antes al peligro de la mar  que esperar la certinidad de la muerte que la sed nos daba"
 
"El gobernador me respondió que ya no era tiempo de mandar unos a otros, que cada uno hiciese lo que mejor le pareciese que era para salvar la vida, que el así lo entendía de hacer"
 
"A los indios flecheros nuestro
miedo les hacía parecer gigantes"
 
"Dímosles cuentas y cascabeles, y cada uno de ellos me dio una flecha, que es señal de amistad"
 
"Otro golpe que la mar nos dio trastornó la barca, el inspector y otros dos se asieron de ella para escaparse, mas sucedió muy al revés, que la barca los tomó debajo y se ahogaron"
 
"Los que quedamos escapados, desnudos como nacimos y perdido todo lo que traíamos, aunque todo valía poco, para entonces valía mucho"
 
"Y sobre todo lo dicho había sobrevenido viento norte, de suerte que más estábamos cerca de la muerte que de la vida"
 
"Como las casas eran tan desabrigadas comenzóse a morir la gente, y cinco cristianos que estaban en rancho en la costa llegaron a tal extremo que se comieron los unos a los otros hasta que quedó uno solo, que por ser solo no hubo quien lo comiese"
 
[Fragmentos extraídos de Cabeza de Vaca, Álvar Núñez: Naufragios, Madrid, Alianza, 3ª edición, 2015, (colección "El libro de bolsillo", nº H52), (edición, introducción y notas de Trinidad Barrera López), (diseño de cubierta de Manuel Estrada), pp. 223, pvp: 10'20 euros]
 
 
La ilustración de la cubierta es un detalle de la portada del libro del escritor renacentista holandés Jan van der Noot (Brecht, 1539 - Antwerp, 1595) titulado "Teatro de los Vicios y las Virtudes"

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