JOHN WICK
(CHAPTER TWO)
(CHAPTER TWO)
(2017)
Una muestra de cine
negro bien lograda en todos los sentidos: la música suena acorde con la acción,
el reparto es efectivo en todos los roles, la dirección es meticulosa, la
fotografía nítida, el guion interesante y el desarrollo de la trama y los lugares
elegidos para el rodaje resultan espectaculares. Aquí vemos a un Keanu Reeves
en plena madurez artística interpretando a un sicario que desea abandonar su
profesión, pero al que la mafia, como suele ocurrir, se lo impide.
Las persecuciones de coches que terminan destrozados no podían faltar en una película de acción y aquí aparecen desde el comienzo
Riccardo Scamarcio interpreta, con toda la crueldad que el personaje requiere, a Santino D’Antonio, el hijo de un difunto capo que busca asesinar a su hermana para arrebatarle el puesto en el Alto Consejo donde se sientan los “hombres honorables” de mayor rango. Le encarga el trabajo a John Wick (Keanu Reeves), para después presentarse como un cordero inocente y sentirse respaldado en su posterior orden de matar al propio John Wick, el ejecutor material del asesinato de su hermana.
Keanu Reeves
(Beirut, Líbano, 1964)
Con este trabajo demuestra ser un actor de gran consistencia
Riccardo Scamarcio
(Trani, Italia, 1979)
Da la impresión de haber nacido para interpretar
este personaje de lo bien que se introduce en su piel
Ruby Rose
(Melbourne, Australia, 1986)
Pone la única gota de erotismo en una película carente de sexo por su vocación recaudatoria al ir dirigida hacia todos los públicos
El film costó 40 millones de
dólares y ha recaudado casi 170 con toda justicia. Quien tenga sed de disparos,
puñetazos, asesinatos y crímenes en serie, aquí encontrará lo que desea. Quien
esté habituado al género policiaco no se verá decepcionado. A este producto
cinematográfico lo único que parecía faltarle es que tanta sangre llegase a manchar
la cámara y en una escena cerca del final da la impresión de que salpican unas
gotas. Precisamente la conclusión en el Museo de Arte Moderno de Nueva York
(Moma) resulta realmente apoteósica. Quizá, por poner algún reparo, hubo una
nota ridícula en el Metro neoyorquino cuando Cassian y John Wick intercambian
disparos mientras caminan y la gente los ignora, algo que de ocurrir en la
realidad hubiera provocado una desbandada. En conjunto este celuloide, pese a
durar más de dos horas, no se hace lento ni largo, por lo que vale la pena
verlo.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
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