jueves, 8 de junio de 2017

Nosotros éramos originarios de un mismo cauce


María Dolores González Déniz
(Las Palmas de Gran Canaria, 1956 - 1994)
y su hermano Andrés en la calle Sor Simona de Schamann
 
POR MI HERMANA MORIBUNDA
 
Me mirabas desorientada, con los ojos límpidos
y la respiración entrecortada de los últimos
esfuerzos por seguir con vida suplicando oxígeno.
Te aferrabas a mis manos como si pudiera
sujetarte a esta orilla entre los dos mundos.

Mi hermana Mary y yo cuando todavía éramos unos críos
(1965)
 
No sé cuántos pensamientos se apresurarían
por las nieblas del recuerdo. Tal vez las ilusiones
flamígeras, los sueños derribados por el suelo,
las alegres creencias que se habían diluido,
la fe en retos de futuro que compartíamos.
 
Tras unos breves estertores, de ritmo más brusco
y acentuado, tus ojos se quedaron mirándome.
Alguien vino, un galeno oscuro, a quitarme
tus manos, a envolver tu cuerpo en una bolsa
negra y echarme de la habitación con premura.



Con nuestra madre junto a un caballito de madera
(1964)
 
Recuerdo ver cerrar la cremallera a un hombre
sigiloso y sentir la impotencia absoluta
como un gran fracaso, otro revés del destino.
Después te vi serena y dormida en un féretro
con el lunar hindú de tu frente que seguía vivo.
 
Todavía siento tus manos comprimir las mías:
me están pidiendo que vayamos donde vayamos
no nos aparte nada ni nadie y sigamos juntos.
 
(Poema escrito por Andrés González Déniz) 
 
 
 
Aquí estoy entre mi hermana Mary y mi mujer Olivia en el bautismo de nuestra hija Verónica en la basílica de la Virgen del Pino en Teror
(1989)

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