Andrés González Domínguez
(Teror, 1930 - Las Palmas de Gran Canaria, 2004)
A MI PROGENITOR
Papá, hoy han vuelto a descender lágrimas del cielo
como tanto querías tú cuando te preocupabas
por la siembra de cereales que con tus manos plantabas
en la tierra. Hoy ha sido otra jornada de duelo
en que hasta las nubes han llorado con desconsuelo
y se mustian yermos los campos que cultivabas.
He intentado decirte, una vez más, que te amaba
y el tiempo se me hizo corto porque en un vuelo
te arrebató. No pudiste decir adiós. Destrozado
te sigo viendo, arrumbado en mi desolación.
No te puedo pedir que vuelvas, estarás ocupado
en cuidar el edén del paraíso en el amor
de Dios. Sólo quería escribirte un breve recado
y es que los dos, algún día, nos veremos en el sol.
Andrés, me he emocionado al leer tu poema, especialmente porque me ha hecho recordar a mi propio padre.
ResponderEliminarPor muchos años que pasen, cualquier cosa, el nacimiento de un hijo, un atardecer cualquiera o un nuevo amor, se convierten en secretos que hubiéramos querido compartir con ellos.
Yo también le echo de menos
Un beso y ánimo