martes, 2 de noviembre de 2010

El magister elegantiae de los cortesanos áulicos


Jaime Peñafiel Núñez
(Granada, 1932)
Periodista, escritor y analista palaciego

UNA BOCA PARA UN BESO

"Confieso que a mí, personalmente, Leire Pajín no me cae mal. Ella lo sabe. Tampoco Bibiana Aído. También me cae bien el alcalde de Valladolid, en la misma medida que mal la ministra de Cultura. No es de recibo que se negara a saludar al edil castellano por solidaridad con la compañera de gabinete y de partido. Cierto es que el señor alcalde podía haber criticado los modelos de la señora Pajín.


Leire Pajín Iraola
(San Sebastián, 1976)
Así va España: a esta socióloga que no tiene ni idea de medicina la coloca Zapatero al frente del Ministerio de Sanidad


Como criticamos los de la inefable Letizia. Pero criticar su boca, sus labios, independientemente de ser grosero (sobre todo por los puntos suspensivos) es totalmente injusto. Porque se trata de unos labios hechos para el beso. Tentación difícil de vencer, incluso por Bibiana Aído, que le soltó a la señora ministra un beso de la mejor factura lésbica. Pajín y Aído, por fin, se besaron.


El ósculo en público de Bibiana Aído a Leire Pajín no fue una mera muestra de afecto. Significó tres cosas: el exhibicionismo impúdico de quienes ostentan el poder ejecutivo en España; una celebración por el éxito sobrevenido, siendo tan jóvenes; y la exaltación de un gobierno de las formas que en el fondo carece de contenidos


Aunque mi amigo y compañero de la COPE, David Guapo, reconozca que Pajín parecía sorprendida más por el momento elegido que por el acto en sí. Un poco lo que le pasó a Sara Carbonero con Iker Casillas. No me negarán que morbo sí tenía el beso de la ministra y la ex. No quiero terminar este comentario sin dedicar unas líneas a la ministra Ángeles González Sinde, quien ha olvidado que saludar al alcalde de Valladolid entra en el sueldo.


Ángeles González Sinde
(Madrid, 1965)

La ministra "pata negra" del PSOE empeñada en recaudar el canon digital a quien sea y a toda costa


Ella no se puede permitir el lujo de despreciar a la primera autoridad de una ciudad. Forma parte de la servidumbre del cargo. El príncipe Felipe le dio toda una lección, no sólo saludando a Francisco Javier León de la Riva, sino regalándole la mejor de sus sonrisas. Ministra, al heredero se le vio la cuna. A usted, el pelo de la dehesa."

(Artículo de opinión escrito por Jaime Peñafiel y publicado por el diario "El Mundo" en su edición del domingo 31 de octubre de 2010)


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