GIRLS IN THEIR SUMMER CLOTHES
Well, the street lights shine
down on Blessing Avenue.
Lovers, they walk by,
holding hands two by two.
A breeze crosses the porch.
Bicycle spokes spin 'round.
My jacket's on, I'm out of the door
and tonight I'm gonna burn this town down.
And the girls in their summer clothes
in the cool of the evening light.
The girls in their summer clothes pass me by.
A kid's rubber ball smacks off
the gutter beneath the lamp light.
Big Bank clock chimes
off to the sleepy front porch lights.
Downtown the stores alight
as the evening's underway.
Things have been a little tight,
but I know their gonna turn my way.
And the girls in their summer clothes
in the cool of the evening light.
The girls in their summer clothes pass me by.
Frankie's diner, an old friend on the edge of town.
The neon sign spinning round
like a cross over the lost and found.
Fluorescent lights flick over Pop's Grill.
Shaniqua brings the coffee
and asks "fill?" and says
"penny for your thoughts now my boy, Bill?"
She went away, she cut me like a knife.
Hello, beautiful thing!
Maybe you could save my life
in just a glance, down here on magic street.
Love's a fool's dance.
I ain't got much sense, but I still got my feet.
And the girls in their summer clothes
in the cool of the evening light.
The girls in their summer clothes pass me by.
(Canción compuesta, producida, arreglada, dirigida e interpretada por el incomparable, genial e irrepetible Bruce Springsteen con la "E Street Band" para el álbum "Magic" publicado en el año 2007)
TODAS AQUELLAS CHICAS EN BIKINI
Las luces de neón iluminan la avenida principal.
Las parejas van paseando sujetas de la mano.
Una suave brisa me refresca la mirada
mientras cruzo en bicicleta las calles.
Me he puesto mi cazadora de cuero
para dar una vuelta por los bulevares.
Esta noche voy a pasármelo bien en algún bar.
Todavía recuerdo aquellas chicas de mi juventud
con sus trajes veraniegos bajo la tibia luz de la tarde.
Aquellas jóvenes que ignorándome
veía sonrientes pasar a mi lado.
El balón de unos niños que juegan
choca contra el poste de una farola.
El reloj del edificio del Banco Central
tañe las campanadas para dar la hora.
Los brillantes letreros de los escaparates
y las tiendas comienzan a iluminarse
según la noche va cayendo sobre la ciudad.
Las cosas no me han ido muy bien últimamente,
pero sé que en algún momento
mi suerte ha de cambiar.
Cenaré en una pequeña taberna
propiedad de mi viejo amigo Frank.
Mientras me voy acercando
me embarga una sensación de felicidad
al sentir el pálpito parpadeante
de las multicolores luces de gas.
Me tomo un café haciendo un alto en el camino.
La camarera me pregunta si lo quiero cargado
y se interesa por mis pensamientos ocultos
que la intrigan tanto. Ella no sabe
que mi gran amor se marchó
partiéndome el corazón
como si lo hubiera hecho
con un cuchillo afilado.
Por eso hoy saludo a la primera mujer que pasa,
la piropeo, me quedo mirándola
y le invito a bailar. Sé que podría salvarme.
Comprendo que no tiene mucho sentido
aproximarse a alguien desconocido,
pero al menos todavía me mantengo
sobre mis piernas sin caerme al suelo
tambaleante, borracho y rendido.
Nada pierdo con intentarlo. Lo malo
es que las muchachas pasan de largo
envueltas en sus vestidos de verano
sin hacerme ningún caso, igual ahora
que cuando fui joven hace muchos años.
(Traducción de Andrés González Déniz)
No hay comentarios:
Publicar un comentario