NO
SURRENDER
We busted out of class
We busted out of class
had to get away from those fools.
We learned more
from a three minute record,
baby, than we ever learned in school.
Tonight I hear
the neighborhood drummer sound.
I can feel my
heart begin to pound.
You say you're
tired and you just want
to close your eyes and follow your dreams down,
but we made a
promise
we swore we'd always remember:
“No retreat, baby,
no surrender.”
Like soldiers
in the winter's night
with a vow to defend:
“No retreat, no surrender.”
But now young faces grow sad and old
and hearts of
fire grow cold.
We swore blood brothers against the wind.
I'm ready to
grow young again
and hear your sister's voice
calling us home across the open yards.
Well, maybe we
could cut someplace of our own
with these drums
and these guitars.
Blood brothers
in the stormy night
with a vow to defend:
“No retreat, no
surrender.”
Now on the
street tonight the lights grow dim,
the walls of my
room are closing in.
There's a war
outside still raging.
You say it
ain't ours anymore to win.
I want to sleep
beneath
peaceful skies in my lover's bed
with a wide
open country in my eyes
and these
romantic dreams in my head.
(Canción
compuesta e interpretada por el imperecedero trovador urbano Bruce Springsteen en
el disco “Born in the USA” publicado en 1984)
NUNCA
RENDIRSE
Nos escapábamos de clase
Nos escapábamos de clase
porque
teníamos que intentar
olvidarnos
de ese hatajo de idiotas
que
se mueve dentro de los institutos.
Aprendimos
más con la letra
de
discos sencillos de tres minutos
que
en toda nuestra etapa en la escuela.
Esta
noche vuelvo a oír el sonido de las baterías
de
los grupos de rock que ensayaban en mi barrio
y
mi corazón empieza a latir emocionado.
Me
dices que estás cansada y sólo quieres
cerrar
los ojos para dejar que tus ilusiones
se
evaporen, pero nosotros hicimos
un
juramento que prometimos para siempre:
“Nunca
retirarnos, mi vida, nunca rendirnos.”
Ahora
los rostros que eran jóvenes se han vuelto
tristes,
viejos y sombríos. Hasta los corazones
que
ardían con tanto denuedo se han enfriado.
Pero
nosotros hicimos una promesa
como
hermanos de sangre
contra
el azote del viento de los malos tiempos.
Yo
estoy listo para volver a sentirme joven
y
escuchar la voz de tu hermana llamándonos
a
través del patio donde jugábamos de niños.
Quizá
podríamos forjar un sitio encantado,
que
fuera enteramente nuestro, con el sonido
de
nuestra percusión y nuestras guitarras.
Seríamos
como nativos aborígenes
apretando
sus manos sangrantes
para
establecer un inmortal pacto:
“Nunca
volver la espalda, amor mío,
nunca
abandonarnos.”
Ahora
en las calles de la ciudad
la
luz se está oscureciendo
y
las paredes de mi habitación
parece
como si me encarcelaran.
Ruge
una hostilidad en el exterior
agigantándose
junto a guerras
que
siempre van a renovarse.
Tú
dices que jamás ganaremos,
que
la victoria nunca estará de nuestra parte.
Después
de oírte quisiera dormir
bajo
la cúpula celeste en un tálamo de amor,
como
en un nido oculto a campo abierto
con
la mente herida de sueños románticos.
(Traducción
de Andrés González Déniz)
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