lunes, 31 de diciembre de 2012

En honor de los que ya casi nadie quiere acordarse

 
No es Beirut, no es Damasco, no es Gaza.
Es Zaragoza el 11 de diciembre de 1987
 
LA INOCENCIA, EL ODIO
Y LA INDOLENCIA
 
"En este año 2012 se cumplen veinticinco años del terrible atentado a la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza"
 
 
La ETA hizo explosionar un coche bomba cargado con 250 kilos de amonal tras estacionarlo junto a la casa cuartel
 
 
"El ejército enemigo del terrorismo etarra, la sociedad española, parece haberse desentendido un poco de su vanguardia sacrificada. Ya va siendo hora de olvidar, porque el recuerdo vivo y sus consecuencias pueden dificultar la convivencia con los asesinos, sus simpatizantes y sus interesados palmeros"
 
 
El atentado terrorista ocasionó 11 muertos, entre los que se encontraban
cinco niñas, y 88 heridos en su mayoría civiles
 
"El olvido no está permitido porque, deliberado
  o no, además de inmoral y abyecto, es suicida"
 
 
Las niñas gemelas Esther y Miriam Barrera Alcaraz fallecieron asesinadas con sólo tres años de edad. Hoy podrían haber tenido veintiocho años. El jefe de la banda etarra en ese momento, Francisco Múgica Garmendia, alias "Pako", ordenó la masacre indicando que "no importaba que muriesen mujeres y niños"
 
"Primero fue la comprensión en determinados sectores hacia unos chicos idealistas pero desproporcionados, luego porque sacudían el árbol cuyas nueces recogerían otros, después que la violencia era una forma de hacer política. Asistimos luego a la negociación con documento gráfico incluido y nos encontramos ya con sus mentores sentados en las Instituciones del Estado y los asesinos enfermos en sus casas"
 
 
El mortífero atentado de Zaragoza tuvo lugar sólo seis meses
después de que otra matanza de la ETA en el Hipercor
de Barcelona causara 21 muertos y 45 heridos
 
"Y los más de ochocientos muertos, ¿qué? ¿Para qué han servido tanta sangre y tanto dolor? Podían haberles dado lo que pedían desde el principio y nos habríamos ahorrado tanto sufrimiento"
 
 
En el edificio de cuatro plantas vivían 40 familias
de guardias civiles que sumaban un total de 180 personas
 
"¿Por qué antes no y ahora sí? Porque a lo largo de todos esos muertos nuestro país ha perdido el pulso que tuvo, nuestro sistema se ha degradado, ha cedido ante el terror y la sociedad es presa de la comodidad y la apatía moral. Por eso se quiere olvidar a los muertos y a sus deudos y las víctimas molestan. Pero necesitamos recordarlos para desengancharnos de esa letal y dulce droga, la indolencia. No es ya por ellos, es por nosotros mismos. Feliz Navidad"
 
(Fragmentos de un artículo de opinión escrito por Francisco Almendros Alfambra y publicado por "ABC" el sábado 29 de diciembre de 2012)
 
Francisco Almendros Alfambra
(General de la Guardia Civil en situación de retiro)

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