martes, 26 de noviembre de 2013

C'était comme une belle histoire d'amour éphémère

 
 
CUPIDO VELADO
 
El álamo donde incrustamos un corazón,
las incisiones de las flechas y nuestros nombres
que el tiempo ha borrado, sigue en pie, incólume.
Tal vez alguien con un cuchillo los arrancó,
 
quizás la corteza, al envejecer, fue juntando
las letras hasta convertirlas en simples muescas.
De cualquier forma, perduró más en la madera
el amor que en nuestro empeño fracasado.
 
Un día, hace años, fui a dar una vuelta
por aquel parque. Las hojas yertas del otoño
crujían bajo las pisadas de mis zapatos.
 
Busqué el árbol junto a la fuente de piedra,
creí reconocerlo solo entre muchos otros
y lo sentí como yo, desnudo y solitario.
 
(Soneto escrito por Andrés González Déniz)
 
 


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