martes, 12 de noviembre de 2013

Quiero verte otra vez para disolverme en tus aguas

 
 
 QUE C’EST TRISTE VENISE
 
Que c'est triste Venise
au temps des amours mortes.
Que c'est triste Venise
quand on ne s'aime plus.
On cherche encore des mots
mais l'ennui les emporte.
On voudrait bien pleurer
mais on ne le peut plus.
 
Que c'est triste Venise
lorsque les barcaroles
ne viennent souligner
que les silences creux
et que le coeur se serre
en voyant les gondoles
abriter le bonheur
des couples amoureux.
 
 
 
Que c'est triste Venise
au temps des amours mortes.
Que c'est triste Venise
quand on ne s'aime plus.
Les musées, les églises,
ouvrent enfin leurs portes.
Inutile beauté
devant nos yeux déçus.
 
Que c'est triste Venise.
Le soir sur la lagune
quand on cherche une main
que l'on ne vous tend pas.
Et que l'on ironise
devant le clair de lune
pour tenter d'oublier
ce que l'on ne se dit pas.
 
 
Ponte dei Sospiri
 
Adieu tous les pigeons
qui nous ont fait escorte!
Adieu Pont des Soupirs!
Adieu rêves perdus!
C'est trop triste Venise
au temps des amours mortes.
C'est trop triste Venise
quand on ne s'aime plus.
 
(Canción escrita por Françoise Dorin y Charles Aznavour
y grabada en francés por este último en 1964) 
 
 
TRISTEZA VENECIANA
 
¡Qué triste resulta Venecia
en el tiempo de los amores muertos!
¡Qué triste es Venecia
cuando ya no hay más amor!
Uno sigue buscando las palabras
pero se impone el aburrimiento.
Quisiéramos entonces ponernos a llorar,
pero no nos quedan más lágrimas.
 
¡Qué triste me parece Venecia,
sobre todo cuando la música
de las barcarolas viene a remarcar
el silencio hueco de los palacios
y el corazón se oprime
viendo las góndolas
abrigando la felicidad
de las parejas de enamorados!
 
 
 
¡Qué tristeza nos produce Venecia
en la época de los amores acabados!
¡Qué deprimente Venecia
cuando ya no se ama más!
Los museos, las iglesias,
abren para nosotros sus puertas
y muestran una inútil belleza
ante nuestros ojos decepcionados.
 
¡Qué triste es Venecia
cuando el sol de la tarde
reposa sobre la laguna,
o cuando buscas una mano cómplice
que no vas a encontrar!
Y qué irónico después,
bajo el claro de la luna, intentar
olvidar aquellas promesas de amor
que después de todo no vas a volver
a escuchar nunca.
 
 
 
¡Adiós a todas las palomas
que nos acompañaron!
¡Adiós al Puente de los Suspiros!
¡Adiós, sueños perdidos!
¡Qué funesta se nos aparece Venecia
desde el momento en que el amor
ya no cuenta en nuestra vida!
Cuando nadie te quiere,
Venecia es potencialmente suicida.
 
(Traducción de Andrés González Déniz)
 
 
Charles Aznavour
(París, 1924)

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