Lou Reed
(Lewis Allan Reed)
(New York, 1942 - 2013)
TURN TO ME
If you gave up major vices,
you're between a hard place and a wall
and your car breaks down in traffic
on the street, remember
I'm the one who loves you,
you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
baby, turn to me.
If your father is free basing
and your mother turning tricks,
that's still no reason you should have a rip.
Remember, I'm the one who loves you
you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
turn to me.
When your teeth are ground down to the bone
and there's nothing between your legs
and some friend died of something
that you can't pronounce, ah!
Remember, I'm the one who loves you.
Hey, baby, you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
turn to me.
Lou Reed con Nico (Colonia, 1938 - Ibiza, 1988) a finales
de los sesenta cuando formaban "The Velvet Underground"
You can't pay your rent,
your boss is an idiot
and your apartment has no heat
and your wife says: "Maybe
it's time to have a child".
Remember, I'm the one who loves you
and you can always give me a call.
Turn to me, turn to me,
turn to me.
When it's all too much
you turn the TV set on
and light a cigarette
and then a public service announcement
comes creeping on
and you see a lung corroding
or a fatal heart attack,
turn to me, turn to me,
baby, turn to me,
I'm just a phone call away.
Turn to me, turn to me.
Hey! Turn to me.
(One bend over dollar).
(One bend over dollar).
Turn to me, baby,
turn to me.
(Canción
compuesta e interpretada por Lou Reed
en
el álbum “New sensations” que se publicó en 1984)
Lou Reed estaba dotado de talento desde muy joven
CUENTA
CONMIGO
Si
dejaste los grandes vicios,
te
sientes entre la espada y la pared
y
tu coche se averió en medio del tráfico,
recuerda
que soy el único que te valora
y
puedes hacerme siempre una llamada.
No
temas, telefonéame cuando quieras.
Recurre
a mí. Es algo que no falla.
Si
tu padre no tiene un empleo estable
y
tu madre hace milagros para sobrevivir,
no
hay razón alguna por la que debas
desgarrar
tus vestiduras y desesperarte.
Recuerda
que todavía hay alguien
que
te aprecia. Soy el último recurso
al
que puedes acudir. Llámame, no lo dudes,
coge
el teléfono y marca mi número.
Cuando
estés enterrado hasta los dientes
y
no tengas a nadie que te dé placer
entre
las piernas, e incluso te llegue
la
noticia de algún amigo muerto
por
una enfermedad innombrable,
tampoco
te vuelvas loco. Recuerda
que
tienes en mí alguien que puede
ayudarte.
Ven a mi lado. Llámame.
Lou Reed en los años setenta cuando intentaba
desengancharse de la heroína que casi acaba con él
¿Resulta
que no puedes pagar el alquiler,
que
tu jefe es un idiota insoportable,
en
tu piso no hay calefacción
y
tu esposa viene diciéndote
que
ya es hora de ir pensando
en
tener un hijo? No te alarmes.
Yo
soy el ángel de la guarda
a
quien siempre puedes pedir auxilio.
Vuelve
a mí. Échame una llamada
telefónica
o envíame un mensaje.
Cuando
ves que ya no aguantas más
te pones a mirar la televisión,
enciendes
un cigarrillo y te entretienes
mirando
anuncios. Entonces compruebas
que
quieren asustarte con una campaña
anti-tabaco
mostrándote
un
pulmón negro carbonizado
y
un hombre que cae al suelo
fulminado por un ataque al corazón.
fulminado por un ataque al corazón.
Si
estás hasta las narices de todo,
no
vayas a cometer ninguna tontería,
no
des ningún paso en falso,
no
te rindas y arrójate a mis brazos.
Piensa
en mí. Llámame. Hacerlo
te
costará sólo un billete de dólar
doblado
y arrugado. Una minucia.
No
es nada comparado con la ayuda
que
vas a conseguir. Confía en mí.
(Traducción
de Andrés González Déniz)
Lou Reed: un mito que ya cruzó el umbral que nos separa de la otra vida
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