Casco histórico de Viterbo al norte del Lacio
LA ITALIA DEL AÑO MIL
"Un invasor echaba a otro, reemplazando sus efímeras estructuras con otras igualmente pasajeras"
"Nace un protagonista italiano: el municipio"
"A la Italia del año mil seguirá la Italia de los siglos de oro que comprenderán el XIV y el XV"
"La leyenda del año mil, como hoy se sabe, fue una invención de la posteridad. Los que vinieron después supusieron que toda Europa había creído en el anuncio dado por ciertos cuaresmalistas de que el fin del milenio iba a coincidir con el fin del mundo y que en la noche entre el 31 de diciembre y el 1 de enero las trompetas del Apocalipsis convocarían a todos al Juicio Universal"
"Las iglesias estaban abarrotadas de fieles salmodiantes"
"Los archivos han revelado que ni siquiera en aquel fatídico diciembre renunciaron los hombres a sus buenas costumbres de casarse, hacerse traición, matarse y mezclarse en mil embrollos"
"Europa se encontraba en un estado de confines fluctuantes y arbitrarios. Sólo dos fuerzas trataban de solidificar este magma: el Papado y el Imperio"
Pueblo de Craco en la provincia italiana de Matera
"Cuando Carlomagno acudió a Roma en el año 800, lo hizo para sofocar una de las muchas revueltas que los señores de la urbe desencadenaban contra el Papa León III"
"Carlomagno había ido a Roma para proteger al Papa, no para convertirse, en cierto sentido, en protegido suyo"
"El Imperio carolingio no era más que una vaga y elástica confederación de potentados pequeños y grandes, una mezcla de razas, de lenguas, de costumbres diversas"
"La Iglesia ha fundado siempre sus títulos de soberanía territorial, es decir, el derecho a un estado propio, en la pretendida "donación" de toda Italia hecha por el emperador Constantino al Papa Silvestre cuando se convirtió. Pero se trata de una pura leyenda"
"El hombre medieval estaba impregnado de religiosidad. El bajísimo nivel de cultura, la vida en marasmo y tribulación, hacían de él fácil presa de visiones, terrores e infatuaciones místicas. Reaccionaba con oceánicas procesiones a los tormentos que lo perseguían, pestes y hambres. Contra la peste y la sequía no poseía otro recurso que el milagro. Quitábase el pan de la boca para llevarlo al monasterio"
"En la nobleza, que daba acceso a los más importantes puestos militares y civiles, no podía entrarse si ya no se pertenecía a ella por nacimiento. En el clero, sí"
"Ausente el emperador, porque fuera a Roma o regresara a Alemania, no quedaban ni las huellas de su presencia. Cada duque, marqués o conde seguía siendo soberano absoluto del propio feudo"
[Fragmentos tomados de Montanelli, Indro y Gervaso, Roberto: La Italia del año mil, (título original: L'Italia dei comuni), Barcelona, Plaza y Janés, 1977, 1ª edición, (serie manantial, nº 66), (traducción de Francisco J. Alcántara), pp. 308]
Esta edición en español está basada en la original italiana
del año 1966 publicada en Milán por Rizzoli Editore
del año 1966 publicada en Milán por Rizzoli Editore
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