LA VERTIENTE PUBLICITARIA DE LA LITERATURA
Supe de una vez que el destino de un pobre poeta
es comprender que hacerse escuchar o meramente leer
resulta intolerable. La multitud no quiere poemas
y a lo sumo observa que quienes alcanzaron el mármol
de las estatuas son los únicos que no estorban. Así que,
en todo caso, la opción del silencio es la mejor de todas.
Además, está la evidencia de que los logros consumables
son unas cuantas ediciones para curiosos e iniciados,
una sala con butacas desiertas o llenas de aplauso
obligatorio. Recibir un premio a la obra en la vejez,
cuando de nada valga pero dé lustre y haga quedar bien.
Mientras tanto, habrá que acudir a contemplar el espectáculo
de las jerarquías estableciéndose, el clasismo vano
de los que se hacen hueco, organizan y dan recitales,
dictan conferencias, dirigen revistas, compran comentarios,
se editan bajo sellos de prestigio, afirman ser alguien.
La meta de un escritor es una serie de tonterías.
Conque pasen de mano en mano sus libros, ya es bastante.
Incluso así, si ni siquiera alcanzas notoriedad pública,
quizás sea preferible, pues la intimidad del escritorio
es lo más semejante al vacío en el eco de las masas.
Quienes quieran ser literatos debieran saber lo que pasa.
Al margen de los tráficos de las influencias editoriales,
fuera de vacuas operaciones de imagen orquestadas,
el único sustento es la soledad creadora y el ansia
por trascender en la escritura las inquietudes y obsesiones.
Creo saber que ningún privilegio de los espectadores
me satisfará nunca. No concitaré la afluencia de oyentes
ávidos de escuchar palabras, pero si así no fuera,
¿Qué importa? ¿Para qué sirve reunir a veinte o quinientas
personas concernidas? ¿Qué hacen? ¿De qué servirán sus palmas?
¿Figurar qué vale? ¿Estar antologado a qué conduce?
¿A dónde va el reconocimiento inmediato?
La intimidad del escritorio que usted menciona es lo mas satisfactorio que pueda haber. Luego, si alguien lo aprecia y desea compartirlo, tanto mejor, porque compartir es hermoso. Pero el objetivo primordial se habra cumplido en la intimidad del escritorio.
ResponderEliminarFeliz dia, monsieur
Bisous
Hoy en día todo funciona mas o menos así.
ResponderEliminarPero también te aseguro que hay "farsas" mucho mas desagradables que la de los escritores y es la que rodea al mundo del toreo.
John W.