Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
(SONETO SOBRE MÍ MISMO)
Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde dejo la fe, me pongo en juego.
Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego
vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.
Perdida la de ayer, la de hoy perdida,
no me doy por vencido, y sigo, y juego
lo que me queda: un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.
Si sale amor, la primavera avanza.
Pero nunca o amor, mi fe segura:
jamás o llanto, pero mi fe fuerte.
MÁXIMAS MÍNIMAS
Malaventurados los que aman,
porque de ellos será el reino de los celos.
* * *
La virtud paga.
En cambio, el vicio cobra.
* * *
"Hay que joder para vivir y no vivir para joder".
Quien así hablaba, con tan sobria moral era -natural
mente- una prostituta.
Sirva de ejemplo a respetables damas, críticos literarios,
policías.
(Poemas extraídos del libro Palabra sobre palabra, Barcelona, Seix-Barral, 2009, 8ª impresión basada en la 1ª edición del año 2004, pp. 509)
Ángel González Muñiz
(Oviedo, 1925 - Madrid, 2008)
Extraordinario poeta. Huelga decir cuánto me identifico con el primer poema, con esa conciencia honda de ser el eslabón de una cadena de vida que continuará creciendo y extendiéndose después de mí. Y eso me llena el corazón de amor, de esperanza y de solidaridad. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarHola Andrés, visito este blog por primera vez. No conocía a Angel González Muñiz. Me impresionó Soneto sobre mí mismo y muy acertadas las Máximas Mínimas.
ResponderEliminarUn saludo cariñoso
Magnifica su seleccion, monsieur.
ResponderEliminarMe gusta ese sentido del humor afilado que pone en sus maximas minimas. Tenía mucho ingenio el caballero.
Buenas noches, monsieur Andres
Bisous
Uno de los grandes de la poesía moderna de este país. Pero de los grandes, grandes.
ResponderEliminarEl primer poema, su bandera, su estandarte.
El soneto, áspero consigo mismo, pero deliciosamente escrito.
Las máximas, en todo su esplendor de humor y gracia.
Un poeta humilde, de los que se entiende su poesía y de los que se hacen entender; un poeta de los que muchos deberíamos aprender.
Felicidades por esta acertada selección.
Mis saludos.