LOS ANALFABETOS DEL ABORTO
Martín Prieto
Tal como las guerras modernas han desarrollado espectacularmente la cirugía traumática, la medicina del siglo pasado dio pasos gigantescos sobre la condición femenina. Más allá de las heroicas sufragistas, los referentes del feminismo deberían estar en los investigadores, los laboratorios, los médicos, la farmacopea o la ingeniería anatómica. Arrumbado el falible método del japonés Ogino, el forro del doctor Condón se perfecciona, asegura y hasta los expenden con sabores y con música. Se liman las contradicciones de la píldora contraconceptiva (que también tiene otros usos terapéuticos), la píldora del día después te la regala el Estado, aunque técnicamente es un abortivo, en unos minutos tu ginecólogo puede insertarte un DIU de quita y pon, y puedes lubricarte la vagina con cremas que matan los espermatozoides. Los científicos han liberado sexualmente a la mujer en menos de 50 años proporcionándole un arsenal de herramientas para evitar el embarazo no deseado. La segunda mitad del XX es ginecológica.
Estos socialistas (hay otros) tienen imbuido en el subconsciente que el embarazo es una enfermedad con solución quirúrgica. Han gobernado durante casi 20 años (con el interinato del PP que tampoco hizo nada al respecto) y es inasumible la cifra de embarazos no queridos, fracaso de higiene sexual en hogares, escuelas y púlpitos. Las púberes, que ya empiezan a los once años, son analfabetas sobre su propio cuerpo, entregadas curiosas al hervor de su progesterona. El aborto libre y gratuito a las menores hace una elipsis sobre la patria potestad que sólo puede ser sustituida por un tutor o un juez. Si prosperase la propuesta de la ministra de Igualdad y su comisión ad hoc, quedaría anulada la autoridad y responsabilidad de los padres. Para ese viaje rebajemos la mayoría de edad a los 16 años y podremos también meter en la cárcel a asesinos aberrantes, hoy impunes. Si pueden nuestras discípulas de Nabokov tener el legrado como un anticonceptivo más, podrán votar, ingresar en las Fuerzas Armadas, adquirir tabaco o alcohol, acceder a locales nocturnos, conducir o inscribirse con su novio en los hoteles.
Es el imaginario de Bibiana Aído. Ni Francisco Umbral hubiera soñado con tales nínfulas. Igual que los antibióticos pueden hacer prescindible el quirófano, la educación aleja el aborto. La Iglesia Católica es una traba porque evoluciona por siglos. El Papa ha suprimido el limbo. ¿Dónde irán los espíritus de los cigotos? El aborto, salvo el terapéutico, no es progresista: es el paleolítico.
(Artículo de opinión publicado en "El Mundo" el 9 de marzo de 2009)
Martín Prieto
(Madrid, 1944)
El columnista con la pluma de acero
Martín Prieto es un pájaro de cuidado, pero de que escribe bien es extraordinario, como en esta ocasión.
ResponderEliminarJohn W.
Me has puesto los bellos de punta con el título, exactamente no entiendo lo que pasa con las leyes; debe ser las personas que tienen un poder sobrenatural para matar lo que desea vivir.
ResponderEliminarY es que el poder puede tenerlo toda persona, todo ser vivo; el uso que se haga de él, tendrá sus consecuencias.
Gracias por corregir mis escritos, sé que no están bien, me paso horas para mejorarlos y todavía me queda mucho camino.
Gracias encanto.
A ver, por una parte verdaderamente me parece un desproposito que en unos tiempos en los que los metodos anticonceptivos estan al alcance de cualquiera, el numero de abortos sea tan extravagantemente alto que tal parece que algunas mujeres esten compitiendo por batir algun curioso record. Creo que decidir sobre la vida de otro ha llegado a ser tan intrascendente como sacarse una muela, y eso me parece excesivo. El grado de insensibilizacion produce resultados inasumibles, eso es verdad.
ResponderEliminarPero la pluma de este señor, mas que de acero a veces es un poco integrista, monsieur! A mi me da un poco de miedo.
Feliz martes, monsieur Andres
Bisous
Lo integrista no es la idea, monsieur, por supuesto, sino el modo de defenderla en ocasiones. Mi comentario, si se lee, se ve que se refiere a LA PLUMA de ese señor, si es de acero o no es de acero. Pienso que no se puede defender la vida dando casi la impresion de que uno mataría por ella. A mi el estilo de este señor me parece mas adecuado para arengar a las tropas, lo siento.
ResponderEliminar