miércoles, 30 de julio de 2014

La mujer que nunca supo ni sabrá cuánto la amé

 
Wislawa Szymborska Wlodek
(Kórnik, 1923 - Cracovia, 2012)
La poeta de la esencialidad paradójica
 
HAY QUIENES
 
Hay quienes llevan a cabo la vida más hábilmente.
Tienen orden en su interior y a su alrededor.
Para todo la manera y la respuesta más adecuada.
 
Adivinan inmediatamente
quién a quién, quién con quién,
con qué objetivo, por dónde.
 
Ponen el sello en las verdades absolutas,
arrojan a la trituradora los hechos innecesarios
y a las personas desconocidas
a las carpetas destinadas a ellas de antemano.
 
Piensan justo lo debido
ni un segundo más,
porque tras ese segundo
acecha la duda.
 
Y cuando los dan de baja de la existencia
dejan su puesto
por la puerta señalada.
 
A veces los envidio;
afortunadamente se me pasa.
 
 
Biografía de reciente aparición en Polonia que aún deberá esperar para ser traducida al castellano y ver la luz en España
 
CADENAS
 
Un día sofocante, la casa de un perro
y el perro encadenado.
Unos pasos más allá
un platito lleno de agua,
pero la cadena es demasiado corta
y el perro no alcanza.
Añadamos a la imagen un detalle más:
nuestras mucho más largas
y menos visibles cadenas
gracias a las cuales
podemos pasar de largo
tranquilamente.
 
 
Wislawa veía mucho y muy lejos aunque escribía poco
 
LA MANO
 
Veintisiete huesos,
treinta y cinco músculos,
unas dos mil células nerviosas
en cada una de las yemas
de nuestros cinco dedos.
Es absolutamente suficiente
para escribir Mein Kampf
o Winnie the Pooh.
 
 
Winnie the Pooh, el dibujo animado de la factoría Disney que se basa en una adaptación del personaje creado por el escritor Alan Alexander Milne (Hampstead, 1922 - Hartfield, 1956) en unos relatos que se inspiraban en el osito de peluche de su hijo
 
RECIPROCIDAD
 
Hay catálogos de catálogos.
Hay poemas sobre poemas.
Hay obras sobre actores representadas por actores.
Cartas motivadas por cartas.
Palabras que sirven para explicar palabras.
Cerebros ocupados en estudiar el cerebro.
Hay tristezas contagiosas al igual que la risa.
Hay papeles que provienen de legajos de papeles.
Miradas vistas.
Casos declinados por caso.
Grandes ríos con participación de otros pequeños.
 
 
Plaza del Mercado Central en Cracovia, la ciudad
que vio morir a la escritora Wislawa Szymborska
 
Bosques hasta sus bordes desbordados de bosque.
Máquinas destinadas a construir máquinas.
Sueños que de repente nos arrancan del sueño.
Salud necesaria para recuperar la salud.
Escaleras tan hacia abajo como hacia arriba.
Gafas para buscar gafas.
Inspiración y espiración de la respiración.
Y ojalá de vez en cuando
odio al odio.
Porque a fin de cuentas
lo que hay es ignorancia de la ignorancia
y manos ocupadas en lavarse las manos.
 
[Poemas tomados de Szymborska, Wislawa: Hasta aquí, (título original: Wystarczy), Madrid, Bartleby Editores, 2014, 1ª edición (bilingüe), (traducción de Abel Murcia y Gerardo Beltrán), pp. 65]
 
 
El poemario póstumo de la Premio Nobel 1996

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