El comandante miliciano Juan Modesto observando el movimiento de las tropas del V Cuerpo del Ejército Republicano en la infructuosa batalla de Brunete desarrollada entre el 7 y el 25 de julio de 1937
JUAN MODESTO:
ÚLTIMAS PALABRAS
Yo tenía once años cuando triunfó el bolchevismo
de los soviets. Creí que la Revolución significaba
el futuro, la modernidad, la humanidad hermanada.
Confié ciegamente en las directrices del comunismo
de los soviets. Creí que la Revolución significaba
el futuro, la modernidad, la humanidad hermanada.
Confié ciegamente en las directrices del comunismo
sin saber que a Stalin sólo interesaba el oro
del Banco de España y ni un ardite la República.
Los asesores militares que regresaron a Rusia
con los que colaboré estrechamente, codo con codo,
del Banco de España y ni un ardite la República.
Los asesores militares que regresaron a Rusia
con los que colaboré estrechamente, codo con codo,
Enrique Líster Forján
(Ameneiro, La Coruña, 1907 - Madrid, 1994)
y
Juan Modesto
(Juan Guilloto León)
(Puerto de Santa María, Cádiz, 1906 - Praga, 1969))
Dos comandantes comunistas formados en la "Academia Militar Frunze" y en la "Academia Política Lenin" de Moscú que ni se coordinaban en el frente ni se soportaban en persona
fueron ejecutados de forma siniestra en las purgas.
Me ascendieron a coronel por ser comunista férreo
sin saber entender un mapa. Eso sí, la lengua rusa
la conocía por los camaradas. Luché en el Ebro,
Jarama, Brunete, Aragón y Teruel con dientes y uñas.
Todos los soldados que vi morir no saben que se fueron
de este mundo por nada. Negrín me nombró general
tres días antes de tener que huir a la desesperada.
Hoy, veintinueve años después de la derrota final,
sé que todo fue en vano al ver los tanques entrar en Praga.
Me ascendieron a coronel por ser comunista férreo
sin saber entender un mapa. Eso sí, la lengua rusa
la conocía por los camaradas. Luché en el Ebro,
Jarama, Brunete, Aragón y Teruel con dientes y uñas.
Todos los soldados que vi morir no saben que se fueron
de este mundo por nada. Negrín me nombró general
tres días antes de tener que huir a la desesperada.
Hoy, veintinueve años después de la derrota final,
sé que todo fue en vano al ver los tanques entrar en Praga.
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
El Kremlin aplastando con sus blindados la Primavera de Praga en 1968
Enhorabuena por el post...
ResponderEliminarSalud !!
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