martes, 29 de diciembre de 2015

Aquí hasta el que parece más tonto hace relojes

 
Fue rodada en la ciudad de Cleveland (Ohio)
 
CRIMINAL ACTIVITIES
(2015)
 
Ningún ingrediente para ser una obra maestra le falta a esta película. Basada en un ingenioso guion de Robert Lowell, el tema que la preside es el de las falsas apariencias. Y vaya que sí lo son, pues el final es tan sorprendente que pone un broche de oro al cierre de la historia. Jackie Earle Haley dirige y participa como actor descubriéndose como un gran talento enamorado del cine negro. Su papel de matón implacable lo matiza con unos toques de sádica insidia que lo convierten en un asesino repugnante y  maquiavélico.
 
 
Jackie Earle Haley
(Northridge, California, 1961)
Elaborando obras como ésta se convertirá en un cineasta de culto
 
John Travolta se supone que iba a ser la estrella, y en efecto, se maneja con soltura de divo ante la cámara, pero la mejor interpretación corre a cargo de un torturado Michael Pitt que hace un papel digno de un trágico personaje shakespeareano. ¡Qué gran actor! Sabe sacar las más variadas expresiones a su semblante y muestra un rictus de sinsabor continuo como si la vida le hubiera defraudado. Dan Stevens cumple un rol estelar, pues sobre él giran los dos planos de la película: el de las apariencias y el de la realidad. Actúa tan bien que parece ser él mismo el personaje que interpreta.
 
 
Michael Carmen Pitt
(West Orange, Nueva Jersey, 1981)
Es tan bueno que parece un cruce entre Paul Newman y Marlon Brando
 
Edi Gathegi da la impresión de que lo hubieran escogido en un casting multitudinario para dar en el clavo de elegir a un gánster pandillero. Perfecto. Rob Brown hace su trabajo como si acabara de salir del “Actor’s Studio” neoyorquino. Irreprochable. Y Christopher Abbott trata de emular a sus compañeros para no quedar el último en una dura competencia por ver quién es el mejor actor. Asombroso elenco de artistas. Cada uno merecería un Óscar.
 
 
John Joseph Travolta
(Englewood, Nueva Jersey, 1954)
Un actor íntegro que actuó con tanta destreza como sobrado de recursos
 
Alan B. Jones encarna a un mafioso tan verosímil que da miedo simplemente verlo callado, sensación que se incrementa cuando habla. Y Chris Hahn realiza silencioso el trabajo de guardaespaldas sin necesidad de armar ningún aspaviento. Si el fin del séptimo arte es entretener de modo ameno al público, este film lo consigue ofreciendo incluso alguna pincelada de sabiduría proustiana. La banda sonora de Keefus Ciancia es creativa, original y magnífica, especialmente cuando recurre a la percusión. En los demás aspectos, impresiona la cantidad de secundarios que aparecen en la cinta. En suma, ¿qué más se le puede pedir a un largometraje para convertirse, andando el tiempo, en un clásico?
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Daniel Jonathan Stevens
(Croydon, Londres, 1982)
Es el agonista clave en el argumento de este thriller policiaco

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