Para realizar este documental el director y guionista Brett
Morgen tuvo acceso al archivo personal de Kurt Cobain
MONTAGE OF HECK
(MONTAJE INFERNAL)
(2015)
“Algunos dicen que el amor es como un río…” Y a
continuación Kurt Cobain se desploma sobre el escenario. Así comienza el
montaje de mil diablos que supuso rodar este biopic que avanza tal y como fue la
vida del cantante y compositor, alguien que estuvo sometido a la tensión mental
del éxito y a la obligación de alimentarlo con más canciones fabulosas. Las
imágenes en color de los años 60 pasan ante nuestros ojos. El director Brett
Morgen entrelaza fotogramas de una época económicamente feliz para los padres
de Kurt Cobain, quien aparece cuando tenía un año, cuando cumple dos, cuando
llega a la adolescencia y cuando se va destruyendo tras su adicción a la
heroína.
El vocalista y compositor cuando era un niño
La música de fondo es la del
artista tristemente desaparecido. Las especulaciones sobre su posible asesinato
han dejado paso a la hipótesis del suicidio. Pero, ¿por qué días antes de
quitarse la vida desapareció y la policía tuvo que buscarlo? Y cuando lo
encontró, ¿por qué declaró que se escondía de su pareja, Courtney Love? ¿Es
creíble que se matase con un disparo de escopeta? Si era tan sensible y
temeroso, ¿por qué no recurrió a otros métodos más delicados para irse de este
mundo? ¿Acaso no había intentado poco antes de su deceso suicidarse tomando 67 pastillas
de Rohipnol (flunizatrepam, una benzodiazepina utilizada como sedante para
dormir) en la ciudad de Roma?
Kurt Cobain tocando la guitarra en su etapa adolescente
Kurt Cobain fue un niño
hiperactivo al que tocó la mala suerte de ser uno de los primeros de su
generación que fueron medicados con Ritalin (metilfenidato), una sustancia que
no sólo no le curó, sino que más bien le sirvió de antesala a la ingesta de
anfetaminas. Tenía una conducta tan destructiva que, cuando sus padres se
separaron, el progenitor rechazó la custodia y la madre no le aguantó mucho
tiempo, enviando el revoltoso crío a vivir con unos tíos.
Kurt Cobain antes de alcanzar el éxito que lo cambió todo
A medida que se hizo mayor su
estilo de vida fue cada vez más anárquico. El colmo del caos al que llegó lo
ejemplifica el hecho de que para la ceremonia de su boda acudiera en pijama. No
era una mera excentricidad de nuevo rico, tampoco una extravagancia para
contentar a los fans: se había convertido en un desarramblado yonqui. Parece
mentira. Todavía me parece recordar el suplemento dominical de un periódico en
1991 cuando me encontré por primera vez la portada de su disco “Nevermind”.
Ejerciendo de padre con Frances Bean Cobain, su única hija
Creí entonces que se trataba de
jóvenes pulcros que traían un nuevo sonido de moda. El sonido “grunge”
compuesto de guitarras estridentes y una voz desdeñosa que gritaba llena de
angustia me capturó, como a millones de oyentes en todo el mundo, cuando
escuché “Smells like teen spirit”, el gran hit que se convirtió en insignia de
la “Generación X”. En realidad, procedía de la marca de un desodorante (“Teen
Spirit”). Una chica escribió en la taquilla de un vestuario la frase
refiriéndose a Kurt. Él mutiló el enunciado quitándole su nombre propio. Así le
dio otro sentido, marcando de esa forma la década de los años noventa. Hoy
queda su hija Frances, cuya dedicación profesional es la fotografía. La madre de
Kurt, el padre y Courtney Love, su esposa, aparecen en este documental haciendo
declaraciones y ejerciendo de protagonistas.
Kurt Cobain en pijama el día que se casó con Courtney Love,
la mujer de la que se llegó a sospechar que pudo haberlo asesinado
El líder de Nirvana no dejó
muchos ni grandes mensajes. Su genio creador se agotó pronto. No sé hasta qué
punto sintió el pánico del vacío creador, él, un hombre que, aunque con su
cuerpo solía hacer el vago, tenía el cerebro siempre inquieto. Lo imagino
torturado por la incapacidad de seguir componiendo buenas canciones, pero es
una mera sospecha. Su siguiente trabajo, “In utero”, fue de inferior calidad al
anterior. Sea lo que fuere, lo cierto es que ha dejado un puñado de grandes
temas para la posteridad que nos sobrevivirán a todos. Especialmente a nosotros,
que nos creemos con más vida que él porque le sobrevivimos, cuando en realidad
moriremos mientras él seguirá vivo.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
Kurt Donald Cobain
(Aberdeen, Washington, 1967 - Seattle, Washington, 1994)
En la fecha de esta foto la heroína ya estaba destruyéndolo
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