domingo, 7 de febrero de 2016

Fue la gran esperanza de la literatura americana


 
El coste del rodaje fue de 3 millones de dólares
 
THE END OF THE TOUR
(2015)
 
David Lipsky (Jesse Eisenberg) es un escritor de ficción y además un periodista que trabaja para la revista musical “Rollingstone”. Consciente de que por lo menos desde hace diez años no entrevistan a ningún escritor, le propone a su jefe realizar una serie de preguntas a David Foster Wallace con motivo de la reciente publicación de una obra densa y extensa (1.208 páginas) titulada “La broma infinita”, la cual acaba de leer impresionándole mucho.
 
 
La obra cumbre de David Foster Wallace
 
D. F. Wallace murió el 12 de septiembre de 2008 ahorcándose. Doce años antes, en 1996, tuvo lugar este hipotético encuentro entre David Lipsky y el escritor que refleja este docudrama cuyo guion es producto de la fértil creatividad y la fiel investigación de Donald Margulies. El título, “The end of the tour”, apunta en dos direcciones: indica el final de la gira promocional que realizaba el autor, así como también alude al final del viaje de su vida puesto que acabó suicidándose.
 
 
David Lipsky en diálogo con David Foster Wallace
 
En esta especie de documental ficticio nos encontramos con un D. F. Wallace tranquilo, casi sedado, y lúcido, autocrítico, con observaciones penetrantes sobre el mundo que le tocó vivir y en el que no se siente realizado. La película está salpicada de frases interesantes, como cabía esperar en un relato de carácter literario. Estos son algunos ejemplos que podrían atestiguarlo: “Leer a David Foster Wallace te hacía abrir los ojos”. “Uno no se sumerge en los libros en busca de una historia o de información, sino de una experiencia particular, la sensación, durante un cierto número de páginas, de ser el propio escritor al que estás leyendo”. “En todo caso, la intención era la de no manifestar una dirección concreta, aunque claro, al final, escribir sólo se trata de ti”. “Wallace ofreció su naturaleza viva y tomó un atajo en este acuario aletargado de la vida actual compuesto por la televisión estándar, las tiendas, las campañas políticas, etc.” “David Foster Wallace pensaba que los libros existen para dejar de sentirte solo”.

 
Jesse Adam Eisenberg
(Nueva York, 1983)
Estuvo tierno, atractivo, delicado e intelectual en el rol de David Lipsky
 
Nuestro protagonista vive en Bloomington Normal y se encuentra promocionando un libro cuando Lipsky le sorprende al acudir para entrevistarlo. Es invierno en Illinois y todo el metraje de esta cinta transmitirá la serenidad y la tristeza de los paisajes nevados. Jason Segel hace un papel maravilloso en la piel del escritor. Consigue lo más difícil que se le puede pedir a un actor: hacernos creer que él mismo es David Foster Wallace. Me parece increíble cómo puede alguien ser capaz de interpretar tan bien un papel. Logra que cuando recordemos al escritor, en realidad, pensemos en él.
 
 
Jason Jordan Segel
(Los Ángeles, 1980)
Alucinante el parecido físico y la soberbia interpretación que hizo
 
En un momento de la trama se nos deja en el aire la posibilidad de que Wallace hubiera sido heroinómano en el pasado, algo que el propio acusado niega con furia. Lo que admite es haber sido un alcohólico tiempo atrás, y que bebía con la intención de anestesiarse. Ahora es abstemio y le encanta acudir a sesiones de baile con frívola música pop a modo de gimnasia. Acosado por la depresión, bailar le resucita y rescata. Se pregunta “por qué nosotros, blancos, de clase media-alta, con una buena educación, con trabajos muy interesantes, sentados en sillas caras, usando los equipos electrónicos más sofisticados que se puedan comprar, por qué nos sentimos tan vacíos e infelices a pesar de todo”. Considera que su obra cumbre, “The infinite jest”, trata sobre el por qué. “¿Por qué miro toda esta basura por televisión?” El libro no es sobre la telebasura, es sobre él y por qué es tan americano todo aquello que hace. Reconoce que no tiene la solución y ni tan siquiera un diagnóstico con el que intentar resolverlo.
 
 
David Foster Wallace
(Ithaca, New York, 1962 - 2008, Claremont, California)
Un genio de la literatura con una gran capacidad de concentración
 
Veamos más citas: “La televisión es un modo agradable de pasar el tiempo, pero si la ves 20 veces al día te ocurre lo mismo que pasa con el exceso de masturbación. Significa que si abusas de ella algo está mal”. “La pornografía la producen personas que no nos aman, pero desean nuestro dinero”. “Es mucho más fácil vivir con perros que convivir con una mujer y tener la sensación de que estás todo el tiempo lastimándola”. “Escribir libros es parecido a criar hijos, pero debes andar con cuidado, porque está bien enorgullecerse de tu trabajo, pero es malo desear que la gloria se refleje en ti”. “Es difícil pensar en casarse con alguien que va a estar contigo los próximos 30 o 40 años encajando con cualquier panorama mental hacia el que vayas cambiando”.
 
 
En este film los diálogos tienen más trascendencia que las imágenes
 
“Cuando quieres algo como escribir, necesitas silencio y soledad. Te conviertes en un ególatra. Terminas usando a la gente. Quieres que esté a tu lado cuando la necesitas y luego la apartas”. “No abres un libro de mil doscientas ocho páginas porque creas que lo ha escrito un tipo normal, lo haces porque deseas que sea un individuo brillante”. “No hay nada más grotesco que alguien que va por ahí diciendo: soy un escritor, un escritor, un escritor”. “Me verán en un videojuego dentro de unos años, lo juro por Dios. He escrito un libro sobre la seducción de la imagen, sobre las tentaciones de alejarse de cualquier camino con sentido, algo que está en la raíz de nuestra cultura actual, pero: ¿qué pasaría si me convirtiese en una parodia de mí mismo?”
 
 
Casi toda la película transcurre en escenarios interiores
 
En resumen, buena película para mitómanos de David Foster Wallace. He de reconocer que puede resultar aburrida para ludópatas acelerados, mimados entontecidos, cocainómanos taquicárdicos, manipulados teledirigidos y demás fauna analfabeta funcional con la misma sensibilidad artística que la de una mosca libando en un charco de miasma.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Películas así consiguen aumentar mi admiración por la cultura inglesa y el individualismo y la libertad posibles en los Estados Unidos de América

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