domingo, 14 de febrero de 2016

Vinieron en algún momento desde las estrellas

 
La intención superó a la realización
 
THE THING
(LA COSA DEL OTRO MUNDO)
(2011)
 
Precuela de la película de ciencia ficción y terror dirigida por John Carpenter con el mismo título en 1982, quien a su vez se basó en “The thing from another world” (1951) de Howard Hawks. El guionista Eric Heisserer pretende explotar el filón narrativo de lo que pudo haber sucedido en una estación de la Antártida antes de la aparición de un perro de raza Alaskan Malamute perseguido por unos investigadores noruegos que son abatidos a tiros por otros estadounidenses al creer éstos que su crueldad con el animal era injustificable.
 
 
Hay que reconocer que los efectos especiales son espectaculares
 
Lo que no sabían los norteamericanos es que una forma de vida alienígena iba a irse reproduciendo dentro de los organismos que entrasen en contacto con ella y por ese motivo los noruegos trataban de eliminar al perro infectado. La emoción en el trabajo de John Carpenter y Howard Hawks estribaba en la intriga de quién sería el próximo que estaría incubando al monstruo sin saberlo. En esta ocasión el director Matthijs van Heijningen Jr. intenta repetir el procedimiento, pero el resultado es frío y distante.
 
 
Esta producción causa más frío que terror
 
Disfrutando de más medios, con un presupuesto de 35 millones de dólares frente a los 15 que costó “The Thing” de John Carpenter, lo único que aporta con respecto a aquella son unos efectos especiales más sofisticados. Kate Lloyd (Mary Elizabeth Winstead) lleva el peso de toda la trama y aunque hace un buen trabajo parece no creérselo ella misma. Se le nota por momentos que se siente en un plató de rodaje. Por el contrario, el doctor Sander Halvorson (Ulrich Thomsen) es el personaje más logrado gracias a la interpretación inmejorable del actor danés que lo encarna.
 
Mary Elizabeth Winstead
(Rocky Mount, Carolina del Norte, 1984)
Le falta un poco de brío a esta actriz en líneas generales
 
La fotografía de Michel Abramowicz es otro de los aspectos destacables de esta cinta por su pulcritud y nitidez. La música de Marco Beltrami se mimetiza con el film arropando las escenas cruentas. Entre los actores secundarios destaca la consistente actuación del actor inglés Adewale Akinnuoye-Agbaje interpretando a Derek, un piloto de helicópteros. El norteamericano Erich Christian Olsen encarna a un asistente del doctor Sanders, un joven Adam Finch que llama la atención por su belleza física, algo que le perjudica dado que, al resaltar tanto, le hace parecer fuera del elenco dramático. El australiano Joel Edgerton no tiene ocasión de lucir sus grandes cualidades en el rol del piloto militar Carter porque su papel no es muy extenso.
 
 
Adewale Akinnuoye-Agbaje
(Londres, 1967)
&
Joel Edgerton
(Sídney, 1974)
 
La sensación que deja este largometraje de 102 minutos es decepcionante. Las expectativas que generó se ven, a mi juicio, totalmente defraudadas. Mucha calidad tecnológica, muchas tonalidades cristalinas de colores, mucho bicho extra-planetario al estilo de “Alien, el octavo pasajero” (Riddley Scott, 1979), pero el único miedo que provoca es el que transmite la inmensidad helada del paisaje antártico. Ocurre muchas veces en el cine que un gran proyecto se malogra. He aquí uno más que si no se hubiera hecho dejaría intacta la historia del celuloide puesto que no añade nada significativo ni logra superar la obra de la que parte como referencia.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Una forma de vida extraña a la Tierra nos amenaza

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