lunes, 29 de febrero de 2016

Sobre la responsabilidad moral de un escritor

 
(Marías, Javier: Juro no decir nunca la verdad, Madrid,
Alfaguara, 2015, 1ª edición, pp. 378, precio: 18’17 euros)
 
UN TERMÓMETRO DE LA INDIGNANTE SITUACIÓN ESPAÑOLA
 
Javier Marías sale de nuevo a la palestra con una recopilación de 95 artículos de opinión publicados por el suplemento dominical del periódico "El País" entre los años 2013 y 2015. Con una prosa que respira naturalidad y un tono de reflexión sosegada, este volumen sirve como constatación de la infame política de ese partido corrupto hasta la médula que ha sido el PP y cuyo presidente, como vemos hoy, antepone sus intereses personales a los de España.
 
 
Javier Marías no nos oculta su influencia inglesa,
especialmente la de su idolatrado Lawrence Sterne
 
Por aquí desfilan Gürteles, Blesas, Bárcenas, la infecta dirección de la Comunidad Valenciana, la Esperanza Aguirre que en Madrid no se enteraba de nada, la Ana Botella que fue alcaldesa sin pasar por las urnas, el despilfarro de los aeropuertos sin aviones, las nuevas autopistas de peaje de las que huyen los conductores, Carlos Fabra, López Vallejo, Rodrigo Rato, las "tarjetas black" y el sursum corda del esperpento nacional. Todo en un partido que prometió bajar los impuestos para luego subirlos y encima trabajar con denuedo para debilitar a las clases medias y empobrecernos a todos los españoles con el objetivo, eso sí, de salvar a la Banca.
 
 
Mariano Rajoy Brey
(Santiago de Compostela, 1955)
El presidente más falso, traidor a los ideales del liberalismo conservador, inepto e inmóvil que ha tenido la democracia española desde la Transición es incapaz de abrir paso para que España tenga un gobierno que regenere todo lo que él dejó pudrir o directamente pudrió
 
Marías responde a Muñoz Molina mojándose, algo de lo que al parecer el escritor de Úbeda parece no percatarse al criticar que los intelectuales pecaron por omisión frente a la crisis y la destrucción sistemática del estado del bienestar, exceptuando al viñetista Andrés Rábago "El Roto". Muñoz Molina, desde su plácida encomienda en Nueva York, demuestra haberse desligado de la realidad, mientras que Marías no ha cesado de clamar en el desierto cultural español al que para colmo el gobierno del PP ha subido el IVA al 21%. Encima, ahora pretende incompatibilizar el cobro de una renta de jubilación con el de los beneficios por ventas de una obra. Esto es lo que se aprecia la cultura en España: se odia. Y por si no querías caldo, toma dos tazas.
 
 
Viñeta de Andrés Rábago García, "El Roto"
(Madrid, 1947)
 
El escritor madrileño no rehúye hablar de su padre y las injusticias que padeció a manos de izquierdas y derechas. Es consciente de que en este país opinar no es tenido en cuenta y, sobre todo, que siendo los seres humanos oportunistas y ventajistas, a nadie le parecía mal robar hasta que empeoró la situación económica. En efecto, en España es frecuente escuchar al cabo de la calle que el político ladrón es un listo dándonos a entender que el que piensa así haría lo mismo si se diera el caso.
 
 
Julián Marías Aguilera
(Valladolid, 1914 - Madrid, 2005)
No somos pocos los que añoramos sus terceras en el diario "ABC"
 
Irreprochable la edición de Alfaguara salvo un caso de laísmo en la página 333 (donde dice "animarla a proseguirla" debería decir "animarle a proseguirla"). El autor reitera hasta en tres partes del libro la existencia de ratas descomunales en la Plaza Mayor de Madrid, y no sólo de noche, sino en horas vespertinas, lo que afea la tarea de la entonces alcaldesa Ana Botella que derrochó cientos de miles de euros en promocionar hasta tres veces la candidatura de la ciudad para la celebración de unos Juegos Olímpicos que nunca prosperó.
 
 
Luis Bárcenas
(Huelva, 1957)
El tesorero del PP que durante veinte años llevó la caja "B" del partido con sobresueldos a sus máximos dirigentes. En cualquier país con salud democrática hubiera dimitido de inmediato el presidente Mariano Rajoy tras haberse sabido que le envió el siguiente mensaje: "Resiste, Luis"
 
Indispensable leer este volumen para quienes aprecien la voz de un intelectual sincero que no se arredra en decir lo que piensa aunque vaya en contra de la insensatez reinante. Javier Marías debería ser un escritor agasajado por millones de lectores si España fuera el país civilizado que se le supone y no la jauría de cainitas que envidian a quien tiene talento y disfruta sacrificándose en su trabajo.
Lamentablemente, su labor me temo que pasará tanto o más desapercibida que la de un eremita subido a una columna de mármol en medio del Sáhara, porque en esta piel de toro nadie lee o basta con mirar las novedades en cualquier librería para comprobar que lo que se vende son chuminadas.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Javier Marías
(Madrid, 1951)
Precisamente porque no andamos sobrados de voces lúcidas es tan necesario que escritores como él existan y sigan publicando

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