El sonido y la fotografía son lo más destacable aquí
SICARIO
(2015)
Cuando en una película lo mejor
es la banda sonora es que algo va mal, porque uno no va habitualmente a una
sala de cine o alquila un DVD en un videoclub para escuchar un concierto. Este
film es un subproducto, huele a serie B y a escaso presupuesto, pero lo grave
es que han dilapidado 30 millones de dólares en hacerlo. La historia avanza
lenta, como si no existiera un guion bien definido, y el director rodara
esperando a ver si mientras tanto se le viene alguna idea a la cabeza para poder
filmar la próxima escena.
Josh Brolin
(Los Ángeles, California, 1968)
Aporta un plus de credibilidad al reparto por su carisma
Que un largometraje de 121
minutos sobre el narcotráfico y la violencia criminal en Ciudad Juárez no
aborde el escabroso tema de las mujeres violadas, secuestradas y asesinadas por
centenares es una omisión muy grave. Claro que, como vivimos en la época del postbuenismo
zapaterista, la alianza de civilizaciones y la corrección política, se supone
que por incluir a una inverosímil mujer entre un reparto de hombres duros ya la
cuota feminista se cumple y quedamos todos estupendos.
Emily Blunt
(Londres, Inglaterra, 1983)
No encaja entre un comando de hombres ni con fórceps
Es hasta cierto punto
inexplicable que un gran actor como Benicio del Toro se preste a un proyecto
tan defectuoso. Todo en esta película parece arrastrarse cansinamente hacia un
final frío y anodino. Será porque los actores son en su mayoría egomaníacos
exhibicionistas y lo que le importa al actor portorriqueño es lucirse él y lo
demás no le preocupa. El colmo es que una parte considerable de la crítica
valora muy bien este trabajo del director Denis Villeneuve. Yo diría que es
como para hacérselo mirar.
Denis Villeneuve
(Quebec, Canadá, 1967)
Parece que hubiera dirigido la película ingiriendo somníferos
En el aspecto positivo hemos de
reconocer que la secuencia en la que Alejandro (Benicio del Toro) asesina a una
familia entera, la del jefe del cártel de Sonora, Manuel Díaz, por lo menos
demuestra un cierto parangón con “El precio del poder” (1983) de Brian de Palma.
Me refiero a las escenas finales cuando unos matones entran en el lujoso
palacio de Tony Montana (Al Pacino) para matarlo. Reconozco también que gracias
a la película podemos ver cómo son las ciudades mejicanas fronterizas con
Arizona, una especie de amasijos suburbiales.
Benicio del Toro
(San Juan, Puerto rico, 1967)
Un actor de la estirpe de Brad Pitt
Llama la atención la publicidad
descarada de una marca de tabaco, no sé si real o ficticia, “Indian Creek” (“Manantial
Indio”) que la actriz Emily Blunt fuma. Lo triste no es la venalidad que esta
propaganda encubre, sino que dentro de poco se considerarán no aptas para
menores aquellas películas en que se fume, pero seguirán siéndolo todas en las
que se asesinen personas como mondadientes se tronchan en una caseta de tiro en
una feria de atracciones.
La sosería de Emily Blunt contrasta con el brío de Benicio del Toro
Como ya es un tópico, la cinta nos
muestra el doble juego de la policía y las agencias federales, incluso de la
CIA, con sus conspicuos representantes de la ley que en realidad trabajan para
los narcos. Bueno, al menos el guionista Taylor Sheridan no trata de
engañarnos. Pero como esto es algo ya archisabido, la originalidad que propone
es la de un tipo que busca una venganza personal escudándose en su oficio como
agente anti-drogas. Digamos que se vale de medios públicos para conseguir fines
privados. Algo que le parece pura corrupción a Kate Macer (Emily Blunt) hasta
el punto de querer dispararle y eliminarlo.
Victor Garber
(Londres, Inglaterra, 1949)
Encajó perfectamente en su papel de jefe de operaciones
Bueno, ya tenemos aquí al fuera
de la ley que siempre merodea en la idiosincracia del western americano. Lo
malo es que a esta película le falta alma. El tratamiento quiere parecer
profundo a base de sernos ocultado su propósito. La trama simula ser compleja y
la verdad es que se queda en un análisis superfluo de la realidad. Mostrar unos
cuerpos descuartizados está al alcance de las fotografías en cualquier página
web o periódico, mientras que el cine debería servir para penetrar más
hondamente en las raíces del sufrimiento humano.
Se dispuso de muchos medios para al final hacer un bodrio
Josh Brolin en el papel del
agente gubernamental Matt se desenvuelve con el desenfado propio del hombre
medio norteamericano, y para resaltarlo recurre a masticar chicle con soltura.
Quien de veras se luce es Jóhann Jóhannsson, el compositor de la música,
especialmente cuando el comando anti-narcóticos penetra en un túnel para
liquidar a unos cuantos delincuentes. En fin, creo que esta película defrauda
las expectativas que genera por el asunto que aborda. Particularmente, esperaba
un trabajo al nivel que demostró Alejandro González Iñárritu en “21 gramos”
(2003), pero me he encontrado con una producción vacua, distante y gélida como
si tuviera el espíritu de un mediocre estreno concebido para la televisión.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
Esta cinta se merece un premio a la película más plasta
No hay comentarios:
Publicar un comentario