jueves, 4 de febrero de 2016

Era un genio de los que se dan cada 500 años

 
Bobby Fischer fue el Mozart del ajedrez
 
PAWN SACRIFICE
(EL SACRIFICIO DEL PEÓN)
(2014)
 
Para los cinéfilos más exigentes ésta sería una película correcta. Para los apasionados por el cine ésta es una película perfecta. Entre ambos puntos de vista se erige el término medio de la virtud consistente en apreciar los muchos méritos que este biopic encierra. ¿Cómo pudo Edward Zwick filmar una especie de documental sobre el ascenso a la cima de un campeón de ajedrez sin caer en el aburrimiento soporífero? Gloria al director de este film, loas sin fin a quien supo engarzar los fotogramas de esta historia dotándolos de agilidad e interés.
 
 
Tobias Vincent Maguire
(Santa Mónica, California, 1975)
Estudió a fondo los ademanes de Fischer y supo reproducirlos
 
Se desarrolla aquí la parte más importante de la vida de un mito, Bobby Fischer, y la increíble hazaña que logró prácticamente en solitario: derrotar a la pesada maquinaria soviética que sustentaba al entonces líder absoluto del ajedrez, Boris Spassky, en la lucha por el campeonato del mundo celebrada en Reikiavik, la capital de Islandia, durante el verano de 1972. Yo era un niño entonces, pero todavía recuerdo los telediarios en blanco y negro de la época, los mismos que, influidos por la técnica empleada por Orson Welles en “Ciudadano Kane” (1941), aparecen en este maravilloso film.
 
 
Isaac Liev Schreiber
(San Francisco, California, 1968)
Increíble su acento ruso y el parecido físico con Boris Spassky
 
¿Cómo pudieron encontrar a un antagonista de Fischer que se pareciera al personaje histórico como si fueran dos gotas de agua? Liev Schreiber no sale en pantalla como si fuera un actor más, en todo momento parece que es el propio Boris Spassky rejuvenecido. ¿Cómo pudo Tobey Maguire, al que para ser Bobby Fischer por completo sólo le faltó en algunas escenas lucir una incipiente barba rubia, cómo pudo, insisto, repetir los gestos, las poses, los modales auténticos del genio de los escaques? Creía que era un buen actor y al verlo encarnar a Fischer me he dado cuenta de que lo es, pero de una manera descomunal.
 
 
El campeón Spassky enfrentándose al aspirante Fischer
 
La fotografía de Bradford Young es tan sensible y delicada como para ofrecer imágenes retrospectivas con la característica tonalidad de las antiguas fotos en Kodachrome. La música escogida (Credence Clearwater Revival, The Ventures, Carl Lee Perkins, The Spencer Davis Group, Al Green, Jefferson Airplane, The Doobie Brothers, Art Blakey and the Jazz Messengers) sencillamente te transporta a las décadas de los cincuenta y sesenta, a las playas de California y aquel sueño de volar encima de las olas sobre una tabla de surf.
 
 
A partir del cuarto movimiento hay 300.000 millones
de combinaciones posibles en el juego del ajedrez
 
El guionista Steven Knight tiene una gran parte de responsabilidad en esta obra de arte exquisita y amena, lo que en el argot de los entendidos se llama una película redonda. Nunca pude imaginar que alguien fuera capaz de elaborar un guion tan atractivo a partir de un deporte psicológicamente tan arduo como lo es el arte-ciencia del ajedrez. La trama goza de varios momentos con gran altura pictórica y literaria. Cuando Paul Marshall, interpretado por Michael Stuhlbarg, le recrimina a Fischer sus exigencias económicas, el genio del tablero le responde: “El dinero es respeto”. En efecto, la gente sólo aprecia la prosperidad, y le da igual que ésta se consiga sin mérito. La masa ha llegado a confundir el fin con los medios y sólo le importa el dinero como si fuera un fin en sí mismo, ignorando que es un medio en realidad.
 
 
La 6ª partida que ganó Fischer a Spassky en el torneo por el cetro mundial de ajedrez disputado en 1972 se considera la mejor de la historia
 
Hay paisajes que parecen un cuadro salido del pincel de los impresionistas franceses, como aquel en el que se ven hojas otoñales cayendo de los árboles en un frenesí de colores ocres y verdosos cuando Fischer decide bajarse de un automóvil enfadado porque su representante ha estado hablando con su hermana a sus espaldas. Por otra parte, la veracidad de este largometraje es tal que no evita las paranoias y el progresivo deterioro mental de Bobby Fischer: sus absurdas obsesiones antisemitas, su miedo a estar siendo espiado constantemente, su temor a que lo envenenaran o a ser objeto de un atentado mortal por parte del KGB comunista, sobre todo en el vuelo hacia Reikiavik.
 
 
Boris Vasílievich Spassky
(San Petersburgo, 1937)
Campeón del mundo de ajedrez entre 1969 y 1972
 
Ésta es una gran película para un gran maestro. Algún crítico dijo de ella que si no era el jaque mate definitivo sobre la vida de Robert Fischer, por lo menos sí que atrapaba a la reina, la pieza más dotada para el ataque en el ajedrez. Disiento de esta afirmación porque, aunque es verdad que la perfección no existe, y mucho menos en el arte, intuyo que en los años venideros nadie va a poder superar este trabajo. Igual que sólo hubo un Fischer campeón del mundo entre 1972 y 1975, me temo que tampoco se hará una película mejor que ésta para reflejar a quien encarnó de manera heroica el modo de vida americano y su ideología de libertad e individualismo frente al terrible rodillo opresor y totalitario de los soviets en plena Guerra Fría.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Robert James Fischer
(Chicago, Illinois, 1943 - Reikiavik, Islandia, 2008)
El mayor mito en la historia del ajedrez

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