LA TUMBA DEL GUERRERO DE PILOS
(Siglo XVI a. C.)
Inhumemos al valeroso general
que a la victoria nos condujo
contra las temibles huestes minoicas en Creta.
Aquí, de regreso a su ciudad natal,
llegó a la meta de la vida visible,
que no es otra que la muerte.
Restos del tholos o templo funerario donde se halló el enterramiento
Coloca el cuerpo con sumo cuidado
y respeta todas las joyas que se mereció,
tras duras batallas, como botín de guerra:
el collar de oro trenzado, el vaso de plata,
las cuentas de cornalina, amatista y ámbar,
la espada corta y la larga,
los anillos con sello
que muestran la ofrenda
de una mujer a la diosa Hera,
un coro de bacantes en honor a Dioniso
y un enorme toro de leyenda.
Gema de los toros encontrada en el ajuar del guerrero
Deposita con delicadeza
el ágata del combate que rememora
la lucha entre Aquiles y Héctor.
Tensa el arco y dispárale al cielo
sobre nuestro Ayante.
(Poema escrito por Andrés González Déniz)
(Pieza de orfebrería milimétrica, pues solamente mide 3'6 cm de longitud)
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