martes, 29 de septiembre de 2009

Había una vez un sitio que siempre me intrigaba



PEÑA DE LA GAVIOTA

No puedo ir, por más que quiera,
a buscarla donde ya no está.
Una ampliación
de infraestructura viaria
la enterró.
Habitará en la memoria visual
hasta que digan adiós
los últimos lugareños
capaces de recordarla.
Será otra muesca más
en el borroso portarretrato de mi vida
que ya pasó, que viví, que se va.
Que, aunque duele, nada importa.

No me vengan a decir
que nunca fue
porque nadie la evoca.
Déjenme pensar
que continúa estando allí,
como solía.



Cuenta la leyenda
que un cansado legionario
se apartó del mundo
para irse a construir
una caseta en su cima.
Pasaba las noches de vigilia
con un arma y un cargador
bajo la almohada,
por si los rojos clandestinos volvían.

Cuando yo era un crío
soñaba con cruzar
el portalón de entrada
para saludar al ermitaño
que allí vivía.
Creía que su inquilino
se alimentaba de la pesca
y que se oirían sirenas
cantando desde las ventanas
antes de rayar el alba.
Pero nunca atravesé la senda
que me hubiera llevado
hasta aquel castillo de latón y tablas.
Pensaba que en el futuro habría tiempo,
y no hay nada.


La desaparecida Peña de la Gaviota en Las Palmas de Gran Canaria

5 comentarios:

  1. Pues es una pena que ya no esté. Se ve preciosa.

    Debió ser un lujo para quien hubiera podido vivir allí.




    John W.

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  2. Monsieur, todo nos lo quitan, pero no podran con la magia que sin duda sigue flotando. Porque lo importante, en efecto, no era el latón y las tablas, sino el castillo que representaba para un niño. Y eso sí que sigue siendo, porque usted lo evoca.

    Feliz dia

    Bisous

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  3. ¿Quién es capaz de hacerse ahí una casa y considerarla su hogar?. Alguien que seguramente me fascine por su genialidad, seguro.

    Un saludo

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  4. Siempre se comentó que la persona que construyó la casa sobre la Peña de La Gaviota fue un bombero para en sus ratos libres poder ir allí a pescar. Construyó un puente colgante para poder acceder cuando la marea estuviese alta. Durante muchos años allí estuvo esa casa, la retocaba, la pintaba, la cuidaba, hasta que se aburrió de la maldad ajena. Empezó la moda del "vandalismo", el no respetar lo ajeno, él arreglaba su puente, su puerta de acceso en la base de la roca, y al día siguiente se lo encontraba nuevamente destrozado. Con el paso del tiempo notaba que allí ya nada se reponía, se cuidaba o se arreglaba, y di por sentado que aquel bombero se había hecho mayor y que había tirado la toalla. Yo por aquel entonces era joven y, a pesar de vivir justo enfrente, no tuve la ocasión de poder conocerlo personalmente.

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  5. AQUI SI QUE SE HABLA DEL TEMA: http://www.marisolayala.com/?p=18757

    POR CIERTO, CONOCERAS A ESTE OTRO ANDRES DEL MISMO BLOQUE DE SCHAMANN : http://www.facebook.com/photo.php?fbid=316959215066549&set=a.316959208399883.41817208.100002574182500&type=3&theater SALUDOS DE ORLANDO

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