martes, 19 de marzo de 2013

JASP: Jóvenes Aunque Sobradamente Petardos

 
 
LOS MAESTROS
QUE LA LOGSE LOS PARIÓ
 
En noviembre de 2011 la Comunidad de Madrid convocó 489 plazas docentes de Educación Primaria en unas oposiciones a las que se presentaron 14.110 aspirantes, de los cuales aprobaron 1.913. Es decir, que el 86% no superó unos exámenes cuyas preguntas debe conocer un alumno de doce años. Y lo que es peor, en algunos apartados sólo el 2% de los opositores respondió con acierto.
 
 
La lista de errores produce vergüenza ajena y sonrojo patrio, o al menos debería producirla, que nunca se sabe. Hace 18 años los socialistas implantaron la LOGSE en España y han tenido un éxito absoluto en el inconfesable objetivo que buscaban: la aculturación de las masas populares. ¿Para qué? Pues para que en ningún caso supongan una amenaza a las élites que matriculan a sus hijos en colegios privados. ¿Por qué? Porque se reduzcan al máximo las posibilidades de un desclasamiento generalizado en una sociedad donde los estamentos, las jerarquías, el amiguismo y el nepotismo de antiguo son los que mandan.
 
 
He aquí algunas de las barbaridades que cometieron los que presumen de estar sobradamente preparados sin saber que los prepararon para que sobraran. Por ejemplo, en las definiciones confundieron "crepúsculo" con "escrúpulo", "disertación" con "división", o "extasiarse" (uno mismo) con "agobiar" (a alguien). En ortografía escribieron "competencias" (de las que tanto hablan ellos mismos y los pedagogos) con "n" antes de la "p", "ámbito" con "n" y sin tilde, "beberlo" con dos uves, "Navarra" y "volcán" con "b", "conducta" con "z" antes de la "t", "aprendizaje" y "jerarquía" con "g", y Valladolid con "z" final como si se tratara del castizo "Madriz".
 
 
En geografía nos enteramos ahora de que los ríos Duero, Ebro y Guadalquivir pasan por la capital de España o que Albacete, Ciudad Real y Badajoz son provincias andaluzas. En cuanto a la biología clasificaron los caracoles como crustáceos y no como moluscos, las gallinas ya no son ovíparas sino mamíferas, los gatos son astutos en lugar de felinos, las serpientes son peligrosas y no ofidios; pero por si faltaba algo, los gavilanes ahora son viajeros en vez de aves rapaces. En matemáticas prefirieron no restar el precio de una funda al de unas gafas vendidas en conjunto para no tener que calcular el precio de las lentes y la montura con la excusa de que las fundas no valen nada porque se entregan gratis. Y así etcétera, etcétera. Suma y sigue. Para qué más.
 
 
 
A este punto se ha llegado porque el sistema educativo español lleva años convirtiendo el oficio del maestro en una profesión de riesgo. Se han publicado libros denunciando la situación, sobre todo en Secundaria, de alumnos que campan a sus anchas por el aula, desobedecen, no trabajan, insultan, acosan, ensucian, llegan tarde, se sientan como les parece o se levantan y no puede expulsárseles sin un largo trámite de partes de incidencia que suelen acabar en nada o en el premio de unas vacaciones en casa.
 
 
A esto hay que añadir la presión interesada por parte de los responsables administrativos de las comunidades autónomas para que el fracaso se camufle con aprobados generalizados. Y no digamos nada del odio a la excelencia y el desprecio a la individualización: al que destaque hay que cortarle la cabeza. Ya no hay ningún Antonio Machado o Gerardo Diego impartiendo clases: desde hace dos décadas se pretende que todo pase por una programación burocrática idealizada que maquille la pobreza intelectual y anule la personalidad del profesor hasta el punto de que se le trata y considera como un tornillo que se repone con una sustitución como si fuera una pieza de un engranaje alienante en el que cualquiera es equivalente.
 
 
Lamentablemente, gran parte del profesorado tiene mucha culpa de lo que sufre porque no se opuso a todos los "trágalas" que les han impuesto desde arriba. Para lo que sí se movilizó fue para pedir más dinero con la homologación que nunca consiguió y menos va a conseguir ahora con la penuria económica de la llamada crisis que viene a ser una estafa promovida por la codicia de quienes mueven los hilos de los mercados financieros.
 

Hoy tenemos un país de analfabetos capaces de convertir un programa de saltos de trampolín para famosetes en peligro de dejar de serlo, o de sinvergüenzas compartiendo piso y palabrotas, en un éxito de gran audiencia. Se confunde y mezcla el valor cuantitativo con el valor intrínseco. El número con la virtud. Habitamos en una nación que ve cómo la corrupción y los abusos de poder son el referente inmoral de nuestra política, el chantaje nacionalista una moneda de cambio insolente, sectaria y abusiva.
 

Una patria que contempla desasistida cómo los que fueron terroristas o apoyaron la vía del terror están instalados en ayuntamientos o diputaciones sin pedir perdón por sus crímenes ni entregar las armas. En fin, un país donde se silencia la inteligencia alegando que ya no hay intelectuales, cuando lo que ocurre es que no se les da tiempo ni espacio en los medios de comunicación, mientras que sí se les ofrece cobertura a quienes comulgan con el sistema y siguen las líneas editoriales sin poner en peligro el orden establecido ni las intrucciones recibidas.
 
 
En fin, para qué más. El colmo de todo este despropósito es que quienes han destrozado la educación en este país, los progresistas del PSOE con Álvaro Marchesi y José María Maravall a la cabeza, tienen el cinismo insoportable de presumir injustamente de todo lo contrario de lo que han hecho. Les pasa como al cristianismo, que en sus orígenes era puro, comunitario y bondadoso, pero miren en qué hipócrita maquinaria ocultadora de intrigas, luchas por el poder y pedófilos impunes terminó por convertirse el Vaticano. Y es que la falsedad es el signo de la maldad característica en la evolución perversa del ser humano.
 
Andrés Rábago García
("El Roto")

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