Ornella Vanoni
(Milán, 1934)
STUPIDI
Camminavo
per strada e in silenzio sentivo
alle spalle la gente che piano diceva
come tu mi tradisci
e
come io sono finita da sola.
Poi
qualcuno con tono da inutile santo
era molto spiacente
per
me e proprio tanto.
Che talento sublime per fare del male
che c'è nella gente!
Mio
Dio, che voglia
di girarmi e di gridare forte:
"Voi, voi che cosa sapete
delle mie cadute, dei disastri miei?".
Stupidi!
Stupidi!
Non
ne sapete niente, niente voi.
Dov'è lui, cosa è lui,
voi non ci arriverete proprio mai.
Ornella es un símbolo italiano como la Vespa o el Campidoglio
Amore
mio, amore mio!
Oh,
vieni a dire qualcosa,
vieni a fare qualcosa, a salvare qualcosa,
a
ritrovare qualcosa che era in noi.
Stupidi!
Che stupidi!
Quel
che penso e che sento,
che
ho bruciato e che ho spento,
che
ho rubato e che ho speso,
queste cose la gente non le sa mai.
Il
telefono suona da mille distanze,
strane
amiche ed ancora
più
strane alleanze.
Tutte
vogliono dire
e
non dire il problema
che
c'è qui tua assenza.
Ogni
sguardo che incontro
nel
bar sotto casa è un incrocio di pena
e
di tacita intesa, e qualcuno poi scuote
la
testa per dire: "Capitolo chiuso!".
Con ella no importa lo que cante porque lo que cuenta es su voz
Mio
Dio, che voglia
di
girarmi e di gridare forte:
"Voi,
voi che cosa sapete
delle
mie cadute, dei disastri miei?".
Stupidi!
Stupidi!
Non
ne sapete niente, niente voi.
Dov'è
lui, cosa è lui,
voi non ci arriverete proprio mai.
Amore
mio, amore mio!
Vieni
a fare qualcosa, a salvare qualcosa,
vieni
a dire qualcosa,
possiamo
dire ogni cosa se tu lo vuoi.
Stupidi!
Che stupidi!
Lui
mi ha solo amato,
io
si l'ho tradito e l'ho anche lasciato.
Ecco
quello che invece non dirò mai.
Io
si l'ho tradito e l'ho anche lasciato.
Ecco
quello che invece non dirò mai!
(Canción
compuesta por Paolo Limiti y Shel Shapiro
e interpretada por Ornella Vanoni en 1974)
ESTÚPIDOS
Caminaba
en silencio por la calle. Sentía
que
a mi espalda la gente en susurros decía
cómo
me has engañado y cómo he acabado
de
triste y de sola.
Cómo
odio que me hablen en tono beato,
me
resulta humillante escuchar, lo odio tanto.
¡Qué
talento sublime para hacer el daño
anida
en la gente!
¡Oh, Dios mío, qué ganas de volverme
y
de gritarle fuerte! Tú, tú: ¿qué puedes saber
de
todas mis caídas, de mi loco ayer?
Estúpidos,
estúpidos.
No,
no sabéis nada, estúpidos.
¿Dónde
está? ¿Quién es él?
No,
sólo Dios lo sabe y yo también.
Su voz transmite serenidad y desesperación al mismo tiempo
¡Amor
mío, amor mío!
¡Ven
y di cualquier cosa,
ven
a hacer cualquier cosa,
ven
y salva esta casa
que
aún cuando huele a esposa
fue
nuestro ayer!
Estúpidos,
sí, estúpidos.
¡Por
ti yo he sentido
lo
que aún no me ha quemado
y
no haberme casado,
eso
sí que la gente no lo sabrá!
El
teléfono suena, una voz a distancia
que
me cuenta sus penas.
¡Qué
extraña alianza! Y diciéndose amiga,
intenta
que le diga tus largas ausencias.
Las
miradas se cruzan en el bar de la esquina,
una
mezcla de pena y de espera mezquina,
y
hasta alguno se estruja el cerebro y opina:
“esto se termina”.
Los dioses la eligieron para darle el don de un timbre único
convirtiéndola en una cantante bendecida por el cielo
¡Oh,
Dios mío, qué ganas de volverme
y
de gritarle fuerte! Tú, tú: ¿qué puedes saber
de
todas mis caídas, de mi loco ayer?
Estúpidos,
sí, estúpidos.
No,
no sabéis nada, estúpidos.
¿Dónde
está? ¿Quién es él?
No,
sólo Dios lo sabe y yo también.
¡Amor
mío, amor mío!
¡Ven
y di cualquier cosa,
ven
a hacer cualquier cosa,
ven
y salva esta casa,
y
no demos excusas y volveré!
Estúpidos,
estúpidos.
El
sí que me ha querido,
yo
soy quien le ha engañado,
yo
soy quien le ha dejado:
eso
es lo que nunca nadie sabrá.
(Versión
en español cantada por Ornella Vanoni también en 1974)
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