viernes, 18 de diciembre de 2015

Cuando ácratas y rojos se ensañaban asesinando

 

 El rey Alfonso XIII salió de España en 1931 hacia Marsella vía Cartagena para evitar un baño de sangre que hubiera ocurrido de movilizar al ejército en defensa de la legítima monarquía
  
MADRID DE CORTE A CHECA
 
"Hablaban de "estructurar", "posibilitar", "postulados", "cristalizaciones" y de "yugular a la reacción". Porque el nuevo Estado tendría también su lenguaje de cábala"
 
"Los guardias civiles eran ya la última
garantía de un régimen que se desmoronaba"
 
"—Se cree un intelectual. —Lo decía Miguel con el odio que experimentan los brutos hacia las cosas del espíritu"
 
"—Esto es una vergüenza. No hay Gobierno. Espero que Mola los hará entrar en cintura"
 
"Eran las dos de la tarde. Los muchachos tenían que irse a almorzar. Así daba gusto hacer las revoluciones"
 
"—Hay que aterrorizar a la Monarquía. Que suban las masas de Vallecas y Cuatro Caminos"
 
"Acudía a casa de los vencedores una nube de parásitos y rencorosos, republicanos "de toda la vida", que unas horas antes habían pordioseado en Gobernación un acta de concejal monárquico, masones durmientes que despertaban de pronto reestrenando en manos y orejas los viejos signos olvidados, estudiantes gafudos y pedantes de la FUE, catedráticos krausistas, médicos ensayistas, taciturnos escritores del 98 y toda una turbamulta de grandes fracasados, enfermizos intelectuales de sexualidad mal definida, militares arrojados por los tribunales de honor, periodistas de La Voz y del Heraldo, y estudiantes que habían perdido todas las oposiciones"
 
"Veían en la República un botín cuantioso. Se repartían mentalmente los cargos. Pretendían, generalmente, los periodistas de izquierda los cargos de gobernadores civiles, aspiraban los médicos y los catedráticos famosos al rojo escaño de los diputados de la mayoría por la vanidad de los discursos y la vecindad del banco azul, y los novelistas y literatos de moda contaban para enriquecer sus fantasías y agilizar los diálogos de sus comedias mundanas con la pingüe plataforma de una embajada pagada en oro"
 
"Grupos de golfos se instalaban en las ramas de las acacias. Alirón, alirón, el rey es un ladrón"
 
"Se sucedían los "vivas"
a la República y los aplausos"



Magnífica edición de Planeta
 
"Corría en tanto el auto del rey hacia la espuma de Cartagena, hacia el destierro. Cruzaba pueblos donde ya se celebraba la República con bailes públicos y cohetes"
 
"—Chico, ¡qué vergüenza! He visto cómo incendiaban los conventos ante la sonrisa de los guardias"
 
"Más vale la vida de un republicano que todos los conventos de España (Claudio Albornoz)"
 
"Debemos unirnos todos contra
ese Madrid de chulos y organilleros"
 
"La ciudad evolucionaba,
se hacía más chabacana y ruidosa"
 
"En España no había creyentes y ateos,
sino católicos y herejes"
 
"Ese tono ligero, esa espuma maliciosa y cortés que alude a las cosas y las desflora sin entrar en ellas y que constituye la conversación del hombre de mundo"
 
"Campón era célebre en Madrid. Se había presentado en todas las elecciones de los últimos años como fundador del partido éticoestético"
 
"Aquella familia lo había comprado todo. El árbol genealógico, los maridos de las hijas y a Pilar"
 
"No sólo la carne es el único enemigo del alma; existe la injusticia, la deslealtad, la calumnia, la mentira"



Milicianos defensores de la II República española

"Un mundo gris y rencoroso de pedagogos y funcionarios de correos, de abogadetes y tertulianos mal vestidos, triunfaban con su exaltación"
 
"Manuel Azaña se retiró del salón de sesiones. Iba satisfecho. Había entregado la Castilla desnuda y gloriosa de su niñez a los horteras de Barcelona a cambio de unos votos para completar el quórum"
 
"Todo conspiraba contra la vieja cultura; Picasso quebraba las líneas intangibles de la pintura con una anarquía de volúmenes y colores"
 
"Todo arte exótico, fuera negro, indio o malayo, se admitía con fruición con tal de quebrar la claridad clásica y católica de los viejos museos. Porque la isla antiestatal de Rousseau había terminado en selva"
 
"Era muy difícil alabarlos. —Qué construido. Me recuerda a Juan Gris. —Tienen una gran calidad estos azulejos. ¡Qué volumen! —. En realidad no gustaban a nadie"
 
"Rafael Alberti resultaba un mal poeta cantando al cemento, las turbinas, el canal de Kiel o el plan quinquenal"
 
"María Teresa León tenía ese espíritu revolucionario de las niñas románticas educadas entre monjas que quieren vivir su vida"
 
"Aquellos hombres y mujeres asexuados hablando del Kremlin y de la momia de Lenin. Era elegante entonces elogiar a Moscú"
 
"Aquellos obreros la patria no la sentían"
 
"Los hombres de izquierdas tenían interés en demostrar que no era necesaria la religión para llevar una vida honesta"



Miembros de la anarquista columna de Durruti en agosto de 1936
 
"Se refería a Ignacio Sánchez Mejías,
el torero intelectual del momento"
 
"Dieron, por último, un filme ruso, tenebroso, de golfos harapientos y alcantarillas y conventos convertidos en talleres"
 
"Se levantó, por fin, José Antonio Primo de Rivera. Era un muchacho joven, guapo, agradable. Tenía la voz un poco nasal y exponía las ideas con justeza jurídica. Usaba metáforas brillantes"
 
"Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, arma al brazo y en lo alto las estrellas (J. A. Primo de Rivera)"
 
"Decía aquello entre las zafiedades de Rocha y Guerra del Río, de las petulancias de Jiménez de Asúa, de toda una inmundicia de navajeo, habilidades, quórums, votaciones de sorpresa, martingalas, estadísticas y ficheros"
 
"Experimentaban esa alegría del hombre
que se aproxima a la verdad"
 
"García Lorca era moreno, aceitunado, de grandes pómulos, gran calavera y cara redonda; tenía una gordura de redondeces y un busto combado; presumía de gitano"
 
"Habían asesinado a Canalejas y a Dato, y pasado el ataúd de Miguel Primo de Rivera por los jardinillos de las afueras y ya el Rey no estaba en su palacio"
 
"Y los obreros, que ya no vendían el colchón para ir a los toros, ni se divertían en los columpios el día de San Cayetano, se hacían de los sindicatos y asesinaban en las esquinas"
 
"Don Alejandro Lerroux hacía tiempo que había perdido su fobia anticlerical. En sus últimos discursos hacía incluso citas bíblicas y evangélicas. Ansiosos de puestos, sus amigos le animaban"



Edición divulgativa del periódico "El Mundo"

"—¿Qué pasa? —Le respondió, bárbaramente, un obrero:
—No, que han matao un fascista que iba leyendo el periódico. Vio en la acera unas manchas rojas. Era la sangre de Francisco de Paula Sampol, primer muerto en Madrid de la Falange"
 
"Los chicos de la Falange seguían cayendo atravesados a balazos en todas las esquinas, en las barriadas extremas, a la salida de la boca del metro"
 
"Veían únicamente tres muertos, a la luz verdosa del amanecer, y nadie se acordaba de si en vida saludaron con el puño cerrado o con la mano abierta"
 
"Durante la noche, la muerte era todavía como un sueño parado. Pero cuando todos se levantaban y la sangre se movía con el fresco de la mañana, aquellos tres muchachos continuaban echados"
 
"Otro muerto de Falange. Esos chicos no
hacen nada. Los cazan como a conejos"
 
"Lo que hacen los falangistas es una manera de ganar el cielo, pero no de conquistar una patria"
 
"Llamaban despectivamente a José Antonio "Simón el enterrador"; cuando la Falange, cargada de razón, empezara a tomar represalias, aquellos señores les llamarían pistoleros"
 
"Queda proclamada la República catalana,
dentro de la República federal española"
 
"En las vallas de los solares de las centrales eléctricas de las afueras leían vivas al comunismo y a la revolución de octubre, con la hoz y el martillo en rojo"
 
"Todo Madrid estaba empapelado por las elecciones. Los carteles de izquierdas eran los más artísticos, pero tenían una preocupación, poco viril, por el torso desnudo de los obreros. Les gustaba pintar grandes brazos musculados aplastando iglesias, y burgueses enchisterados, y mapas de España con hierros ardiendo entre yunques forjando de nuevo"



Camión de milicianos anarquistas en una calle de Madrid

"—En un pueblo cercano a Badajoz han convertido la iglesia en salón de baile y al antiguo alcalde de la Dictadura de primo de Rivera le cortaron la cabeza con un hacha"
 
"En algunos pueblos ya se había declarado el comunismo; pagaban con vales, asaltaban autos en la carretera y les obligaban a dar dinero para el Socorro Rojo"
 
"Las mujeres de los barrios bajos de Madrid se empeñaron en que las monjas habían dado a sus hijos caramelos envenenados"
 
"Pasaban masas ya revueltas; mujerzuelas feas, jorobadas, con lazos rojos en las greñas, niños anémicos y sucios, gitanos, cojos, negros de los cabarets, rijosos estudiantes mal alimentados, obreros de mirada estúpida, poceros, maestritos amargados y biliosos. Toda la hez de los fracasos, los torpes, los enfermos, los feos; el mundo inferior y terrible, removido por aquellas banderas siniestras"
 
"Y al frente, enormes retratos de Lenin y Stalin. Era Rusia, que nos invadía. Ni un grito español. Unos miserables, con el puño en alto, subían por Colón: Rusia sí, patria no; Rusia sí, patria no"
 
"—Tiene usted que tener cuidado; don José Calvo Sotelo: la Pasionaria ha dicho que el de ayer debía ser su último discurso"
 
"El boticario Giral fue nombrado presidente. Estaba lívido, sentado en el sillón. Y dio la orden terrible: —Que se arme al pueblo"
 
"Ya toda España era una enorme gota de pus"
 
"Iban arrebatados, borrachos de sangre. Porque la habían visto a raudales correr por el suelo del patio del Cuartel de la Montaña. Como peleles, más de quinientos oficiales falangistas estaban tirados en el suelo, arrugados, despojados, con las cabezas ensangrentadas"
 
"Les resucitaba una sangre viejísima, dormida durante siglos; ¡alegría de la caza y de la matanza!"



Edición popular de la mejor novela escrita sobre la guerra civil española 

"Horrorizados, oían las descargas en el patio, los gritos y los estertores de los heridos, y los insultos de las mujeres. Una gritaba: —A ese que levanta el puño. No hacerle caso. Es un fascista"
 
"Gritó un responsable de la CNT: —Aquí los que lleven alpargatas, y al patio los de los zapatos. Que los metan en un camión y a la Casa de Campo"
 
"Las mujeres movían las cabezas agujereadas de los fusilados con la punta del pie. —Éste es un buen pez. Mira qué gordo está. —Lo que habrá comido a costa del pueblo"
 
"El terror se extendía por todo Madrid. Cruzaban las calles cientos de camiones erizados de fusiles. Amenazaban a los transeúntes y a los balcones"
 
"Empezaban los registros; la angustia y el martirio de la ciudad. Hasta entonces la revolución se había detenido ante los hogares. Ahora irrumpían, con blasfemias y culatazos, en las más recónditas alcobas. Cada "paco" (francotirador del bando nacional) dejaba sospechosa la casa desde la cual disparaba. Y los milicianos subían con el regocijo bárbaro de la sangre vertida en el cuartel y el orgullo del mando recién estrenado. —Somos la autoridad. En efecto, eran la autoridad los limpiabotas, los que arreglan las letrinas, los mozos de estación y los carboneros. Siglos y siglos de esclavitud acumulada latían en ellos con una fuerza indomable. Aquél era el gran día de la revancha"
 
"Entraban despectivos, insultantes, en las mismas salas con espejos y tapices donde penetraron antaño dando vueltas a la gorra y con la vista baja"
 
"Salieron resueltos dos milicianos y se acercaron al auto que habían arrimado a la acera. Con una goma extrajeron del depósito la gasolina que vertían en un cubo. Se acercaron a las puertas de la iglesia y le prendieron fuego"
 
"Los llevaban aquellos primeros días a la Casa de Campo. Había una checa en la antigua caseta del guarda. Juzgaba un mozalbete de dieciséis años que se divertía dándoles el tiro de gracia cuando los cuerpos saltaban, convulsos, entre los tomillos"
 
"Les ponía una rodilla en la espalda y les saltaba la nuca. Añadían la burla a la tragedia. Sarcasmo aprendido en las corridas de toros"


Automóvil requisado por el sindicato ácrata
de la Confederación Nacional de los Trabajadores

"Al hecho sagrado de ver correr la sangre de los hombres le llamaban plebeyamente el paseíto. Era el crimen motorizado. La agonía entre gasolina y ruidos de motor. Caían cuatrocientos o quinientos diarios, gente inocente, por mero capricho"
 
"Habían inventado el pretexto de que disparaban desde los balcones para asesinar a todos los muchachos de la clase media y de la alta burguesía"
 
"Habían requisado todos los autos particulares y encerrado los taxis. Los denunciaba la antigua verdulera o la vieja criada"
 
"Con pintura blanca o tiza ponían las iniciales en las negras portezuelas. CNT, FAI, UGT, Izquierda Republicana y Unión Republicana, porque también los burgueses de izquierda, cómplices de la revolución, contribuían al despojo y al crimen"
 
"Aquellos coches servían para los "paseos". Llamaban al robo requisa, y al crimen, limpieza de la retaguardia"
 
"—Está bien; salud, compañero.
Porque el "adiós" estaba proscrito"
 
"—Bueno, ése pa el "patio de caballos". Llamaban así al depósito de cadáveres, donde les abrían el vientre para la autopsia"
 
"A medianoche se escuchaban las descargas y luego unos tiros fuertes. Era que fusilaban en el Botánico y a la subida del Retiro"
 
"Los médicos que simpatizaban con los militares se daban en voz baja noticias cogidas a las radios facciosas"
 
"Los milicianos, con las pistolas ametralladoras al cinto, entraban en la granja El Henar y pedían cañas y cócteles. Llevaban una vida divertida. Por las mañanas tomaban el aperitivo en Chicote. Así se comprobaba que no odiaban a los señoritos, sino que querían ser ellos los señoritos; en realidad no eran marxistas, sino envidiosos"



Santiago Carrillo Solares
(Gijón, 1915 - Madrid, 2012)
Militante entonces de las juventudes socialistas unificadas, era el Consejero del Orden Público cuando se cometió la masacre de Paracuellos del Jarama, y por tanto, responsable político directo de las más de dos mil personas civiles allí ejecutadas
 
"Marchaban al frente de la sierra, como a una excursión, con milicianas fáciles. Muchos no pasaban de Villalba. Cuando habían tirado unos cuantos tiros contra los facciosos, se volvían a Madrid a merendar en Aquárium. Por la noche era más divertido. Al atardecer comenzaban los registros. Les gustaba mucho entrar en los pisos lujosos, humillar a los burgueses, hacer que les sirvieran copas y puros, y que les llorara la señora que iba en automóvil cuando ellos marchaban a pie. Siempre, además, se llevaban algún recuerdo, una pitillera de oro o un encendedor. Todavía no habían empezado los saqueos en regla"
 
"Sentían un placer sádico escuchando
los gritos de la madre y de las hermanas"
 
"Los fusilaban a la madrugada, en las afueras, en la casa de Campo, en los altos de Maudes, en los alrededores de la plaza de toros de Tetuán. Hacían chistes con la muerte.
—Ponte de perfil, que te voy a retratar.
—Vamos a marearos un poquito.
—Déjala que llore, así sudará menos"
 
"Rasgaban con las bayonetas los cuadros religiosos, tiraban al suelo los crucifijos de marfil o de nácar"
 
"Era el gran día de la revancha, de los débiles contra los fuertes, de los enfermos contra los sanos, de los brutos contra los listos. Porque odiaban toda superioridad. En las checas triunfaban los jorobados, los bizcos, los raquíticos y las mujerzuelas sin amor, de pechos fláccidos que jamás tuvieron la hermosura de un cuerpo joven entre los brazos"

"Le decían al cura:
—Blasfema y te perdonamos la vida.
Entre tantos curas heroicos, aquél era una excepción. Dijo una irreverencia. Entonces le pegaron un tiro. Y comentaba el jefe, con una preocupación teológica:
—Así es seguro que va al infierno"

"No se trataba únicamente de una lucha de ideas. Eran el crimen, el odio y el instinto sexual andando por la calle"

"No es verdad que el hombre sea bueno"

"Cantaban falsas victorias: "El Alcázar de Toledo está a punto de rendirse". Y los discursos de Indalecio Prieto, fanfarrones:
—Tenemos el dinero: el Cantábrico es nuestro, el Mediterráneo y Málaga. La victoria es segura"

"—Toma, que hoy entoavía no te has desayunao.
Y aquella mujer metía un churro frío en la boca seca del muerto"



Milicianos madrileños junto a la momia desenterrada de un clérigo en alguna de las iglesias y conventos que incendiaron con rencor y saña

"En medio de aquellos dos pobres peleles escuchaba las eternas mentiras: —El pueblo español que lucha por la democracia y la libertad..."

"—¡Viva Crist...! —No pudo terminar. Le volaron la frente, salpicando de masa encefálica los ladrillos"

"Batalla sucia, urbana, marxista, crimen de patio interior, entre carbón y manchas de sangre. Caían unos sobre otros. Y bajaban los de las casas a rematarlos"

"Los desgraciados milicianos, los panaderos y ferroviarios, los de siempre, eran descabezados en el Pingarrón a tiro directo de cañón, machacados en el Jarama o aniquilados en la sierra. Y ellos, los políticos, en París o en Londres, a la vuelta de la cena en una boîte elegante, ponían una banderita tricolor sobre el mapa, diciendo a la muchacha que les acompañaba: —Mira lo que hemos avanzado desde ayer"

"En el Madrid rojo haber asesinado era un mérito"

"Llegaban los pelotones de la ejecución con los reos. Militares retirados, sacerdotes, muchachos acusados de falangistas. El público aplaudía o silbaba, según como morían"

"Bramaban las mujeres: —¡Dadle a ese cura!
¡Hay que acabar con ellos!"

"Y en el barro del estanque, que se iba secando, yacían abotargados más de tres mil cuerpos de infelices ciudadanos"

"A los falangistas los metían en pozos, los enterraban hasta la cintura y les rociaban el tronco con gasolina, quemándolos vivos. Se les oía aullar a través del humo"

"El crimen estaba perfectamente organizado"



Una de las primeras ediciones de esta excelente novela
que es un fidedigno testimonio de la barbarie republicana

"Para guardar las apariencias legales de una democracia, los médicos expandían la papeleta de defunción. Diagnosticaban siempre: Muerto por hemorragia. Y era verdad"

"La gente permanecía aterrorizada, recluida en las habitaciones interiores de los pisos escuchando las radios facciosas"

"En el ejército de la sierra reinaba una desorganización absoluta. Se llevaban chicas de Madrid, les daban de beber, y las hacían tirar un ratito con la ametralladora. Luego se perdían con ellas entre los pinos. La prensa madrileña pintaba aquellas mujeres como el prototipo de la mujer española"

"Ya no caían sólo los falangistas, los sacerdotes, los militares, los aristócratas. Ya la ola de sangre llegaba hasta los burgueses pacíficos, los empleadillos de treinta duros y los obreros no sindicados. Se fusilaba por todo, por ser de Navarra, por tener cara fascista, por simple antipatía; los milicianos, como los niños y los brutos, eran arbitrarios, y lo mismo mutilaban a uno antes de matarlo que acababan bebiendo con él unas copas de coñac"

"Los periódicos azuzaban el crimen. Hablaban de la quinta columna, de los emboscados, de los fascistas camuflados"

"Mentían descaradamente. Sabían de la estupidez del pueblo y lo engañaban. "Cada día una victoria". "El aplastamiento de la subversión es cuestión de días". "Cáceres ha caído". Siempre estaban a las puertas de Córdoba o de Oviedo, pero nunca entraban. En cuanto se aproximaban las milicias a una capital, ya la daban por tomada"

"Y los fotógrafos retrataban milicianas guapas, con monos bien cortados, y los gorritos cuarteleros de la FAI ladeados graciosamente sobre los rubios cabellos. Las retrataban tirando con un fusil en falsas trincheras, con una sonrisa y una tranquilidad en la cara que acusaban el fraude"

"Muchos campesinos iban a Madrid
para saldar viejas cuentas"

"El terror inmovilizaba la ciudad. Funcionaban cientos de checas en los viejos palacios"

"Los tribunales populares eran siniestros e hipócritas. Los formaban representantes de los sindicatos y de los partidos del Frente Popular presididos por un magistrado atemorizado"


Milicianos comunistas en la Puerta del Sol madrileña

"—Están entregados a Rusia; Francia ya no cuenta"

"Los chicos siguieron jugando, pusieron las gorras y una chaqueta al otro lado del muerto, y así, aquel montón de carne y harapos les servía de portería"

"Le habían nombrado responsable
porque los anarquistas odiaban la palabra jefe"

"Los milicianos saqueaban la ciudad"

"Se preparaba el primer invierno ruso de Madrid"

"¿Sería Madrid de Franco o de Rosenberg,
el camarada y embajador ruso?"

"La nieve y el frío contribuían a sovietizar a Madrid"

"Recogían cuerpos helados, encogidos; los tiraban dentro del camión, que resonaba metálico. Y subían, cargados, por la Castellana; por las tapas mal cerradas de uno asomaba una pierna, lívida, colgando. Todavía, a esa hora, estaba encendido el Ministerio de Marina. Era que los ministros preparaban una nota a la Sociedad de Naciones y a las grandes democracias occidentales"

[Fragmentos extraídos de Agustín de Foxá: Madrid de corte a checa, Barcelona, Planeta, 2001, ("Biblioteca El Mundo"), nº 49, pp. 351]
 
 
 
 Agustín de Foxá Torroba
(Madrid, 1906 - 1959)
Novelista, poeta, diplomático y periodista

1 comentario:

  1. Yo nací en 1934, año de la revolución socialista y viví en Madrid durante la guerra civil. Digo, "yo viví" y sentí lo que escribí en mi poema "Los niños de la guerra", que tú leíste y comentaste otrora,como decían los clásicos. Un abrazo.

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