La UD Teror frena a un serio aspirante a campeón

Formación titular de la UD Teror

UD TEROR 1 - 1 UNIVERSIDAD CF

Equipo de gala del Universidad CF

Partido en la cumbre el disputado el mediodía del sábado 5 de diciembre bajo un cielo despejado con alguna nube y una brisa gélida idónea para entrar en calor jugando al fútbol. Se presentaba el equipo filial del Universidad CF con vitola de aspirante al título y demostró tener un conjunto homogéneo con buenas triangulaciones de balón por los laterales, una defensa expeditiva y sin fisuras, un mediocampo bien trenzado y unos delanteros que aguardaban su oportunidad para saltar como chispas hacia la portería.

El árbitro con los capitanes de ambos equipos

En la primera parte el Teror se vio neutralizado en sus vanos intentos de hacerse con el control del juego. En torno al círculo central se desarrolló una batalla en la que ninguno de los dos equipos daba el brazo a torcer, pero tampoco conseguía llevarse el gato al agua. En una posición comprometedora, al borde del área grande, el central José Luis quiso adornarse sacando el balón controlado en lugar de despejarlo y se cumplió una de las leyes inexorables de este deporte: le arrebataron el balón y nos marcaron un gol que ponía las cosas muy difíciles. Aythami le saca el esférico limpiamente, realiza un quiebro hacia la derecha, profundiza y le clava una vaselina a David como si fuera Zlatan Ibrahimovic. Fue un serio aviso de lo que podría venir después, aunque por fortuna no vino. Las espadas siguieron en alto, sólo que ahora el Teror tendría que luchar cuesta arriba para intentar la remontada.

Los gemelos Chirino dieron una lección de fútbol

En la segunda mitad las sustituciones debilitaron al Universidad. El jugador con el dorsal "17" aprovechó que salía fresco para darse dos galopadas que lo plantaron frente a nuestro portero gracias a dos magníficos pases que recibió. Por suerte, no tuvo la calidad necesaria para culminarlas y se precipitó disparando por fuera. Entonces vimos a un gran Teror que sacó fuerzas de flaqueza y embotelló al Universidad en su campo. Los ataques verdiblancos llevaban más corazón que cabeza hasta que el propio José Luis lanzó un globo desde casi el centro del campo que el guardameta azulino se comió en dos tiempos. Era el portero suplente que había salido en la segunda parte y demostró por qué no había entrado como titular.

Los defensas azulinos pudieron con los delanteros verdiblancos

Euforia y final de partido trepidante, momento sublime el del gol terorense, uno de esos instantes que justifican todas las horas de aburrimiento que uno tiene a veces que tragarse viendo partidos anodinos en que todos fallan y nadie se va de nadie. En este partido no. Cuando el juego no estaba resultando vistoso, había emoción por la incertidumbre del marcador, y cuando el Teror atacó en tromba, nos sentimos orgullosos por su espíritu de sacrificio y el espectáculo que nos brindaron. Hay que felicitar a todos los integrantes de este equipo humilde, empezando por Juan Manuel, su entrenador.

COLEGIADO DEL ENCUENTRO

José Henríquez Acosta

Discutido e increpado, pero correcto

VALORACIÓN INDIVIDUAL

David (7): Reapareció por fin el único cancerbero que tenemos y lo hizo sin estar del todo recuperado de su lesión. Lo vi más en forma, delgado y alto, con buenos movimientos, ordenando a sus defensas y con ganas de hacerse dueño de la situación dentro de sus dominios. En el gol no tuvo culpa alguna. Fue mérito del interior derecho Aythami, que lo batió sin compasión.

David está ofreciendo garantías en su puesto

Cristian (8): Partido magnífico el de los dos laterales del Teror. Si bien no suben la banda como Dani Alves, al menos lucharon lo indecible para contener las acometidas de los peligrosos jugadores universitarios. Es uno de los encuentros en que más entonados se les ha visto a ambos, fijando las marcas e impidiendo que su zona se convirtiera en un coladero.

Cristian tuvo que lidiar con un fenomenal Aythami Chirino

Diego (8): Tanto monta, monta tanto, Diego como Cristiano. Jugaron de manera tan parecida que parecían sincronizados. Con muy buena forma física y espíritu de lucha consiguieron anular a jugadores rápidos y peligrosos. Estuvieron bravos y certeros en el cumplimiento de sus misiones. La pena es que el Universidad, al ser un equipo con tan buenas individualidades, los relegaba a una tarea de contención sin que apenas pudieran crear.

Diego parecía Carles Puyol cuando jugaba de lateral derecho

Ismael (8): Valiente, claro, sin complicaciones, contundente. Es un fijo en la defensa. Insustituible. Frío, con clase, no se embarulla ni trata de lucirse cuando no hace falta. Fue un seguro de vida para el Teror, dada la peligrosidad de los rivales.

Ismael no cometió ni un solo fallo decisivo

José Luis (9): Es un fenómeno. Lo que hizo sólo está al alcance de los más grandes. Desde aproximadamente la mitad del campo lanzó un balón por alto que me recordó al que Juani marcó una vez cuando militaba en el Mallorca. Sabía que el primer gol lo habíamos encajado a raíz de una desfortunada intervención suya. Trató de sacar la pelota desde atrás jugándola como lo hacía Luiz Pereira en el Atlético de Madrid de los años setenta. Estaba en el borde del área y se la quitaron. José Luis se enfadó y en ese momento trató de buscar culpables en los compañeros que no se ofrecieron para apoyarle. Tras el descanso, volvió al césped sabiendo que tenía una espina clavada y se la sacó. Pero de qué modo. Con un golazo que salvó un punto de oro para el Teror.

José Luis se parece a Koeman hasta en el lanzamiento de faltas

Kilian (6): Este jugador no tiene gol. Volvió a practicar un eslalon prodigioso que acabó sin poder firmar con la rúbrica de la culminación. De resto, fue un gladiador que se batió el cobre en el combate, aunque sin mucho lucimiento. Un futbolista de tanta clase como él tiene que marcar pronto, porque si no, puede caer en el descrédito de considerársele un jugador de escaparate. Bueno está lo que bien termina, y a Kilian le está faltando la fortuna de anotar tantos que suban al marcador.

Kilian lleva dos encuentros en que no es el de antes

José Carlos (6): Se empeñó en dar asistencias por el centro con el resultado ingenuo de entregar la pelota mansamente a los defensas contrarios. En dos ocasiones tuvo la opción de abrir el juego a la banda derecha, donde había espacio y César subía solo. El entrenador le gritaba que lo hiciera, pero José Carlos sabe hacerse el sordo. En lugar de perder el balón como lo hizo, hubiera sido mejor que le diera la oportunidad a un compañero de entrar al área. Pudimos haber tenido incluso la oportunidad de que nos hicieran penalti. Pero no, José Carlos todavía tiene que buscar en el diccionario lo que significa la palabra "compañerismo".

José Carlos y César nunca formaron una dupla por la banda

Joaquín (8): Se vacía en el campo y luego, si llega arriba, se le nubla la vista por el tremendo esfuerzo realizado. Tuvo el gol de la victoria en sus botas, pero hay un idilio entre él y los palos. Raro es el partido en que no le devuelven los postes los balones que lanza. Estuvo rodeado de contrarios porque conocían su valor como carro de combate. Es el buque insignia del Teror y nuevamente se dejó la piel sobre el césped en un derroche de facultades. El acierto fue el que por esta vez no le acompañó. Así y todo es el más grande.

Joaquín estuvo rodeado siempre de contrarios

César (5): Completamente romo en ataque y casi del todo inoperante en la recuperación de balones. Luchó lo que pudo y dio buenos pases cortos a sus compañeros. Corrió bastantes kilómetros para apagar el fuego, aunque casi siempre llegó tarde y los contrarios le rebasaban. Por su entrega merece un aprobado, pero por su contribución al equipo un suspenso.

César nunca pudo pisar el área con el balón controlado

Yanira (4): No le dejaron ni respirar. Tuvo que afrontar el grave problema de que la ataron en corto sin dejarle ningún espacio. Y claro, Yanira vive de su extraordinaria zancada, que por esta vez no pudo poner en práctica. Tácticamente lograron anularla. El entrenador lo vio y la sustituyó por Pedro. No debe desanimarse, porque es muy buena. Sucede que equipos con defensas capaces de hacer marcajes implacables, como los que enrola en sus filas el Universidad, no le vienen bien a su estilo de juego.

Yanira necesita huecos para sacar lo que lleva dentro

Julen (7): No estuvo fino de cara al gol y sin embargo se fajó como el que más. Puso todo lo que tenía sobre el terreno y mantuvo pendientes de sus evoluciones a los defensas contrarios. Gracias a lo que este muchacho peleó, el Universidad no las tuvo todas consigo. Logró sembrar la inquietud en los rivales, e incluso sembrar el pánico entre ellos, con sus heroicas incursiones por la banda. Tuvieron que frenarlo de malos modos y a punto estuvo de lesionarse. Por suerte, puedo seguir jugando para mantener en jaque a la línea defensiva universitaria.

Julen es un extremo capaz de rebasar a quien se le oponga

Pedro (5): Con el mismo ímpetu que corre, dispara. Si fuera capaz de contener su energía y colocar el balón con un suave toque de guante de seda, sería un crack. Pero no. Se arrebata, tiene un esprint formidable, llega a conseguir ángulo de tiro y luego chuta a las nubes. Entró por Yanira y generó mucho más peligro porque no corre, sino que vuela.

Pedro demostró lo que debe hacer un delantero centro clásico

Iriome (5): Sustituyó a César cuando todos esperábamos la entrada de Iván, que es un jugador tan rápido como Pedro y muy capaz de plantarse en un suspiro delante de la portería. El míster debió considerar mejor la alternativa de reforzar la línea media. Iriome en realidad es un jugador alevín que de pronto se vio en medio de una vorágine de jugadores mayores que él, en un centro del campo donde llovían patadas por todos lados. Me maravilló por cómo supo no desorientarse en medio de ese caos cuando el Teror atacaba a la desesperada con todo lo que tenía y de cualquier manera. Es un buen medio volante. Tiene criterio en el pase y mucho valor. No se arruga.

Iriome es un jugador compacto y recio

LA GRAN FIGURA DEL PARTIDO

JOSÉ LUIS VALLEJO MARTÍN

Sin él estaríamos hablando de una derrota