Dennis Lee Hopper
(Dodge City, Kansas, 1936)
THE END
This is the end, beautiful friend.
This is the end, my only friend,
the end of our elaborate plans,
the end of everything that stands, the end.
No safety or surprise, the end.
I'll never look into your eyes again.
Can you picture what will be so limitless and free
desperately in need of some stranger's hand
in a desperate land.
Lost in a Roman wilderness of pain
and all the children are insane.
All the children are insane
waiting for the summer rain.
There's danger on the edge of town.
Ride the King's highway, baby.
Weird scenes inside the gold mine.
Ride the highway west, baby.
Ride the snake, ride the snake to the lake,
the ancient lake, baby.
The snake is long, seven miles.
Ride the snake. He's old, and his skin is cold.
The west is the best. The west is the best.
Get there, and we'll do the rest.
The blue bus is calling us.
Driver, where you are taking us
the killer awoke before dawn,
he put his boots on,
he took a face from the ancient gallery
and he walked on down the hall.
He went into the room where his sister lived,
and then he paid a visit to his brother,
and then he walked on down the hall,
and he came to a door and he looked inside.
-Father.
-Yes, son.
-I want to kill you.
-Mother, I want to fuck you.
C'mon baby, take a chance with us
and meet me at the back of the blue bus,
doing a blue rock on a blue bus.
C'mon, yeah, kill, kill, kill.
This is the end beautiful friend.
This is the end my only friend, the end.
It hurts to set you free,
but you'll never follow me.
The end of laughter and soft lies.
The end of nights we tried to die.
This is the end.
(Canción del grupo The Doors publicada en 1967 que supuso un escándalo público por tocar dos tópicos freudianos: el deseo filial de suplantar al padre por medio del asesinato y el complejo de Edipo consistente en el ansia de entablar una relación incestuosa con la madre)
THE DOORS
(Jim Morrison, Ray Manzarek, John Densmore y Robbie Krieger)
ÚLTIMO DESTINO
Éste es el fin, maravilloso amigo.
Se acerca el desenlace fatal, el término
de nuestros proyectos, el final definitivo.
Ya no queda lugar para la sorpresa
o la seguridad: es el fin del camino.
Nunca volveré a mirar dentro de tus ojos.
¿Puedes imaginar cómo estaremos
cuando hayamos muerto?
¿Ilimitados y libres?
¿O quizá desesperadamente necesitados
de la ayuda de un extraño
en una tierra desoladora?
Nos hallaremos como perdidos entre las ruinas
de una antigua Roma destruida por la barbarie
y la nostalgia, donde los jóvenes se han vuelto locos
y los niños están enfermos,
esperando por las gotas de una lluvia de verano.
Percibo el peligro en el extrarradio
de la ciudad, en los barrios marginados.
Bordéalos y condúceme
por la autopista principal, viejo amigo.
Veo extravagantes imágenes
dentro de una mina de oro.
Llévame por la autopista del oeste.
Cabalga sobre la serpiente
hacia un lago de la era terciaria.
La serpiente parece interminable,
siete millas llevamos recorridas sobre el asfalto.
Continúa acelerando, compañero.
Veo en mi retina a un anciano de piel fría y yerta
como un cadáver. Ir hacia el oeste es lo mejor,
vamos hasta allí, que nosotros pondremos
de nuestra parte el resto para conseguir,
después de todo lo que hemos pasado, un día feliz.
El autobús está dando la última señal con el claxon.
Chófer, a donde usted nos lleva un asesino
hizo su trabajo antes del amanecer.
Se puso los zapatos,
adoptó una máscara de violencia y odio,
tan vieja como la historia de los hombres,
caminó por el salón de entrada
y se asomó al dormitorio
donde yacía su hermana.
Entonces echó un vistazo al cuarto de su hermano,
volvió al vestíbulo y se introdujo en otra habitación.
Miró dentro.
-Padre.
-Sí, hijo.
-Quiero matarte.
-Madre, deseo copular contigo.
¡Vamos, camarada! ¡Démonos otra oportunidad!
Reúnete conmigo en los asientos traseros
de un autocar. Cantemos una triste balada
en un viejo cacharro desvencijado.
¡Canta como si fueras a morir matando!
Éste es el fin, querido amigo.
Me duele dejarte libre,
pero tú nunca me habrías seguido.
Éste es el final de las locas risas y las dulces mentiras.
El colofón de las noches en las que intentábamos morirnos.
El fin sin vuelta atrás.
Dennis Hopper mostrando su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood el sábado 27 de marzo de 2010
Andrés, me tienes alucinado por cómo te lo curras. La verdad es que tus posts están muy elaborados, haces una selección muy cuidadosa de los textos y las fotos no tienen desperdicio.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Albert
Realmente es una gozada leer tus entradas.
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